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Bien vengado.

Bien vengado.

Cuando descubres con asombro a quién le corresponde y cómo lo hace, ejercer la justicia y la consecuencia que eso te genera.

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Alejandro Ariza Z.
nov 25, 2024
∙ De pago
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Bien vengado.
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Estimad@ lectora, lector:

Hola.

¡Llegamos al final de noviembre con esta publicación! Me encanta que compartamos vida y nos acompañemos. Hoy, un tema revelador y especial por la manera en que nos genera paz, digamos, una nueva conciencia de la justicia. Ese es el objetivo de mi columna de hoy contigo, al mismo tiempo que darte la buena noticia por otro nuevo rescate de mis archivos. Respetando tu tiempo e interés, procuraré ser más breve, pero sustancioso.

En esta publicación, te comparto:

  • 💡 Noticias.

  • ✍🏻 Columna: “Bien vengado”.

  • 📕 La recomendación del libro de la semana

  • 📸 La imagen de la semana

  • 📝 La frase de la semana


💡 Noticias:

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  • “ECONOMÍA ESPIRITUAL”… ¡Una conferencia que rescaté y te puede encantar! Toda la información aquí.

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✍🏻 Columna: “Bien vengado”.

En esta semana quiero entregarte un mensaje especial. Estoy consciente que mis más recientes publicaciones han sido muy extensas. Me gana la emoción por compartir. Desde hoy, procuraré ser más breve, pero sustancioso. Hoy quiero compartirte una fuente de paz como pocas nos han explicado, por eso el título de "Bien vengado". Al mismo tiempo, con la confianza que me has brindado de ser mi lector VIP, ese que invierte justa y emocionadamente por aprender, también quiero platicarte algunas reflexiones de una experiencia reciente, así como se le platica a un amigo.

El fin de semana pasado, dicté una conferencia frente a un auditorio de poco más de 4,000 personas. Esos eventos masivos siempre tienen su encanto. La energía que se experimenta es única. Y hoy, más que nunca, me siento tan feliz por haber alcanzado la suficiente seguridad para hablar de Dios en todas mis conferencias, abiertamente. Como lo platiqué en mi conferencia, precisamente, hablar de temas a los que a un sector de la población le puede resultar incómodo, cuando uno empieza (en mi caso, hace más de 35 años), procura evitarlos. Un principiante busca aprobación y por ello procura hablar de "temas taquilleros" para lograrla. Al final de todo, como muchas cosas en el sistema capitalista, se trata de dinero. Buscas agradar para que te contraten más y ganes el dinero que implica esa aceptación. Pero pasan los años.

Cuando uno ha logrado cierta inteligencia para el dinero y has ahorrado e invertido y diversificado tus ingresos, puedes sentirte más libre de ser y hacer lo que realmente te grita tu corazón. Si gusta a las grandes masas, qué bueno, si no, igual de bueno. Se trata de sentirse bien uno con uno mismo y hoy, así, me siento tan contento y en paz de hablar de Dios y de Su Palabra como nunca antes. Esto lo comprendes hasta que juntas suficiente evidencia y, así, ya no hay cómo negar que sí, existe "la buena nueva". Ayer, frente a miles de emprendedores, les recomendé, como estrategia de éxito infalible, la siguiente:

"Invita a Dios a tu negocio".

Así no más.

Recuerdo que más de uno lo escuché reír cuando continué: "Y si no crees en Dios, también invítalo, te conviene".

Luego, expliqué por qué y puse un ejemplo de la historia reciente de lo que pasa cuando te olvidas de Él. El ejemplo fue incontrovertible.

De seguro ya estoy empezando a "hacerme viejito" porque me empiezo a emocionar acordándome de mi pasado. Por esa línea de reflexión, es que traté de recordar cuándo fue mi gran reviravolta, cuándo fue ese punto de inflexión en mi vida en que cambié de hablar de "temas taquilleros" a adentrarme en temas espirituales que tanto han nutrido mi alma..., y la de miles que me han escuchado. Identifiqué perfecto que fue desde que publiqué mi libro: El verdadero éxito en la vida, más allá del ego, corría el año 2003. Ahí empezó mi despertar espiritual. Hoy que me levanté de mi silla de escritura para ir a buscar un ejemplar de la primera edición de mi libro, me sorprendió que ¡ya han pasado 21 años! Y sí, parece que fue ayer ese "turning point". Como lo advertí en la "Introducción" del libro, un sector de mis "fans" dejaron de serlo, hoy entiendo, los del nivel de conciencia previo. Pero, afortunadamente, llegaron otros, los del siguiente nivel de conciencia, aquellos con los que resuena mi mensaje. Ha sido hermoso este recorrido. Luego, hace 13 años, cuando publiqué otro de mis libros: Sí, el impactante poder que inicias al decirlo, fue otro avance en mi estado de conciencia espiritual, empezaba a comprender las tremendas revelaciones, para quien está preparado a recibirlas, de La Palabra de Dios, versículos bíblicos que te cimbran..., cuando los comprendes. Pero alguien nos los tiene que explicar. Eso procuré en algunos de ellos en mi libro. En fin, te he de decir que, quizá por andar pensando tanto en esto, ¡hoy se me apareció un DVD que brincó de mi más reciente mudanza, una conferencia completa que dicté con el tema de El verdadero éxito en la vida, más allá del ego! Y mi emoción es mayúscula porque anhelaba conservarla (la consideraba perdida) dado que recuerdo que fueron dos horas intensas de espiritualidad pero expuestas con mi estilo de una gran motivación y que, aunque en cualquier momento puedo volver a dar esa conferencia hoy en día, aquella tuvo "algo" muy especial. Fue un 26 de agosto del 2004. La acabo de ver y lo confirmo. ¿Qué pasaba (del verbo "atravesar") en mí cuando disertaba acerca de los primeros momentos de aquella reviravolta de mi vida? Recuerdo, como si fuera ayer, que yo mismo me empezaba a impactar cuando en ese tema empezaba a hablar sin guion alguno y no paraba de hablar con una claridad conceptual y una cadencia sorprendentes, acompasado de chispas de buen humor y francos momentos de inspiración. Cuando te vas quitando poco a poco el ego, tienes que aceptar que ya no es uno el que logra, sino que "algo" pasa a través de uno para que se suceda el verdadero éxito en la vida. Estoy seguro, ya no es uno, es "de allá arriba". En esto creo. ¡Y hoy pude convertir ese DVD en formato digital para que ya la puedas ver y disfrutar aquí! Espero que te entusiasme tanto como a mí.

Me ha encantado platicarte esta experiencia. Pero vamos al tema de esta columna, para continuar con una dimensión espiritual: Cuando uno, en su dimensión "tan humana", se siente afectado por la mentira, el desprestigio, la maldad en general, y uno descubre quién fue aquel o aquella que nos profirió el daño, parece muy humano, en la vulnerabilidad que nuestro ego nos prepara, el deseo de cobrar venganza, se saborea la idea la revancha, uno se empieza a imaginar disfrutando "el justo" desquite. Hasta la idea de justicia que suena digna, es una virtud cardinal. Pero en mis conferencias yo siempre he explicado que, la verdad, la justicia es el eufemismo de la venganza, como un maquillaje. En mi experiencia de muchos, muchos años atrás, quizá por allá de 30 años atrás, puedo afirmar, desde mi conciencia actual, que ese tipo de reacción nos sigue dañando y solo expandimos el mal.

Gracias a Dios, aprendí una gran lección y, como bendición inolvidable, la aprendí de una mujer santa, mi propia mamá cuando un día le escuché decir, dejándome atónito:

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