Capitaliza tu experiencia
Mensaje de Año Nuevo 2025… para adultos. Cuatro poderosas sugerencias para mejorar y los secretos de la "Acción infalible".
Estimad@ lectora, lector:
Hola.
En esta publicación, te comparto:
💡 Noticias.
✍🏻 Columna: “Capitaliza tu experiencia”.
📝 La frase de la semana.
🎤 Conferencia: “Cómo descubrir tu propósito en la vida”.
💡 Noticias:
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✍🏻 Columna: “Capitaliza tu experiencia”.
El otro día estaba escuchando a alguien decir, por sucederse estos días de fin de año y entrada del Año Nuevo: “¡Es un nuevo comienzo, tienes un libro frente a ti con 365 páginas en blanco, empecemos de cero volviendo a trabajar por tus sueños. Te deseo un feliz año nuevo!”.
Eso no es cierto.
Disculpa, pero a mí ya hasta arqueadas me dan de ver o leer mensajes así alrededor de estos días, típicos mensajes de Año Nuevo, trillados, para mí, huecos. Yo te tengo otra perspectiva:
¡Nadie empezamos de cero!
Inicias el Año Nuevo con:
Tu experiencia vivida, toda, la buena, la mala y la regular.
Habilidades adquiridas por la práctica (útil o dañina).
Hábitos, buenos y malos.
Lecciones de vida, propias o aprendidas de quienes te dejas influenciar.
Red de contactos.
Finanzas como las tienes.
Valores.
Inicias el Año Nuevo mucho más adelantado del “cero”. Mucho más.
Yo te tengo otro mensaje de Año Nuevo:
“¡Capitaliza tu experiencia!”.
Usa tu camino andado con inteligencia y entusiasmo. Haz rendir tu experiencia. No empiezas de cero. Pero... ¡actúa ya!
Incluso, bajo esta línea de pensamiento, he de confesarte que me dan “ternurita” toda esa gente que, alrededor de estos días, cree en los rituales para atraer riqueza y prosperidad para el Año Nuevo, con sus calzones no sé de qué color y sus borregos y las monedas en el zapato y barriendo y maletas no sé dónde y un sinfín de “ilusiones”. Disculpa, me imagino que el perfil de personas que me leen tienen una edad mayor a la de un niño y, así, tengo que darte un ejemplo, quizá un golpe de realidad:
La deuda y el problema económico que tienes y que has venido sosteniendo por falta de acción basada en inteligencia para el dinero hasta 31 de diciembre del 2024 no cambian en absoluto, ni un centavo, al terminar las 12 campanadas y ser 1 de enero del 2025. Sigue exactamente igual (o quizá peor si gastaste comprando el calzón ese de color). Si has creado problemas, no cambian en absoluto por ser Año Nuevo. En este caso, tampoco empiezas de cero, sino de menos cero, varias cifras abajo, tus números rojos.
Te digo, disculpa por mi aparente actitud Arizrinch, pero las cosas, como son, para adultos. ¡No cambia nada con el Año Nuevo! ¡Nada, nada! Date cuenta, madura, sé adulto. En Año Nuevo no cambia nada. Salvo la fecha. Y si decides cambiar, no empiezas de ceros. ¡Puedes capitalizar tu experiencia!
Las cosas van a cambiar solo hasta que tú cambies las acciones que realizas. Y las cosas que realizas van a cambiar hasta que te detengas a pensar y capitalices tu camino andado, hasta que hagas rendir todo lo que te has atrevido a vivir. Es empezar a sacarle el rendimiento a la inversión de lo que te has atrevido a experimentar. Que lo bueno lo incrementes y que tus errores los elimines. Capitaliza tu experiencia. Tan, tan.
Te repito: las cosas solo van a cambiar hasta que tú cambies tu manera de pensar y, por ende, de actuar. Si has asistido a mi conferencia de "La fuerza del pensamiento", explico intensa y motivacionalmente que para que cambie un pensamiento deberás cambiar las fuentes de información de las que te alimentas. Por eso, festejo que, en vez de estar viendo fotitos o memes en Instagram, estés aquí leyéndome en Substack. ¡Eres de otro nivel! Felicidades. Cambias tus fuentes de información, cambia tu pensamiento. Cambias tus pensamientos y cambiarás tus emociones. Cuando cambian tus emociones de verdad, llevas a cabo otras acciones, naturalmente. Cambias de acciones y generarás resultados distintos. El cambio ha empezado a suceder, lo has creado. ¡Enhorabuena!
Quiero decirte otra cosa, como otro golpe de realidad:
Lleva tiempo y, a veces, mucho, ver el resultado de un cambio, naturalmente te llevará tiempo. Quizá más de uno, dos o tres años. "Roma no se hizo en un día". Lleva tiempo ver el resultado de nuestro cambio. Cuando logras entender, comprender y aceptar esta verdad, surge una feliz y entusiasta paciencia. Aprende esta definición de paciencia que yo te doy: Paciencia es entender que forzosamente sucederá el efecto de nuestra acción sostenida, por ley. Así, es un tiempo lleno de esperanza y entusiasmo. Paciencia es acción repleta de fe, porque naturalmente ya hemos empezado la acción, esa que es causa, esa que genera dirección, dirección que irremediablemente te lleva a un destino, el efecto. Por eso, la acción es tu poder personal desde el primer instante. Cuando entiendes esto, cuando lo comprendes, ¡cómo no sentir alegría y entusiasmo desde el primer paso, por pequeño que sea! Aquí sí, el cambio ya empezó en solo un instante. Lo demás, es mera paciencia repleta de entusiasmo, tiempo en que seguimos actuando llenos de alegría tan solo de imaginar a dónde llegaremos irremediablemente. Divinamente.
A veces me imagino a Dios diciendo: "Aprieta ese botón y te hago el milagro que tanto deseas y te lo hago de inmediato". Y más de uno dirá: "Iiiiiiii, pero qué hueva ir allá hasta donde está el botón y luego tener que presionarlo. Y..., ¿Si no pasa nada? Y yo ya me moví de aquí del sillón en que estaba echado tan a gusto para que no pase nada y me vuelva a frustrar".
Dios no más cierra sus ojitos, inclina su cabeza, se lleva la mano a su frente y mueve su cabeza de un lado para otro, lleno de amor y paciencia por ti. Él no moverá el botón. Ahí lo dejará cerca para cuando te decidas a actuar, moviéndote tantito, levantándote de la cama o del sillón, ir al botón y presionarlo.
Apretando el botón, te espera una cascada de circunstancias, encuentros, personas, invitaciones, "coincidencias", sueños, inspiraciones, libros, llamadas telefónicas, correos electrónicos, wasaps, conversaciones, blogs, videos, pódcast, súbitas revelaciones e ideas, "clics" en enlaces, inspiración, que te dirigirán "milagrosamente" a donde tanto quieres llegar.
En este, mi mensaje de Año Nuevo, que todo mundo puede leer porque es mi publicación gratuita mensual, la que correspondería a la primera de enero 2025 y que así la puedes leer toda y compartir con toda la gente que desees, quiero insistirte en que no necesitas una fecha para cambiar. Solo necesitas una decisión, una que puedes tomar en cualquier día, a cualquier hora, en cualquier momento.
Luego de poco más de 30 años de dedicarme apasionadamente al mundo de la superación personal y la autoayuda, convirtiéndome en autor especializado en esos temas, con todo lo que he vivido, visto y estudiado, he llegado a la conclusión de que el ser humano se atreve a cambiar y a hacer todo lo necesario para lograrlo, hasta que llega al “punto de hartazgo total”. Jamás antes.
Observa todos tus “Años Nuevos” pasados y ve qué has logrado mejorar. Sin duda, encontrarás muchas cosas que has mejorado y podrás ver que no dependió del Año Nuevo, sino de que al fin lograste tomar una decisión. Asimismo, si eres honesto contigo, quizá notes que más de una tragedia la sigues arrastrando por años. Llegó el Año Nuevo y no pasó nada, tú no hiciste ningún cambio. Porque el Año Nuevo no cambia nada, absolutamente nada, como si fuera un agente externo que viene a resolverte la vida de un segundo a otro. El único que puede cambiar tu vida eres tú solo, tú sola.
Mensaje para adultos:
Nadie va a venir a salvarte. Tú eres tu único héroe en los momentos de la verdad.
Bueno, aquí sí haré una excepción porque no estamos solos: ¡Dios te acompaña! Solo que aquí ya te tengo otro golpe de realidad. A Dios le encanta actuar, muchas veces solo y exclusivamente, después de que tú hayas empezado y tengas una enorme fe. Acción y fe. Tu acción y tu fe. Y así, durante un buen rato. Ya luego, siempre se aparece Dios. Siempre. Muchas veces cuando ya estás en el extremo de la tragedia. Y es que así se ve más majestuosa la ayuda de Dios, ¡como le gusta! Para que des testimonio de lo sobrenatural. El Dios que creó el Universo, el Dios que abrió las aguas del Mar Rojo, el Dios que derribó las murallas de Jericó, el Dios que hizo temblar la tierra y así abrió las puertas de la prisión donde estaban Pablo y Silas, el Dios que condujo por 40 años a los israelitas e hizo que en todo ese tiempo nunca se desgastaran sus ropas ni sus sandalias, el Dios que hizo brotar agua de una roca cuando estaban sedientos, el Dios que hizo al joven David derrotar con una honda al gigante Goliat, el Dios que detuvo el sol en Gabaón y paró la Luna en el valle de Ayalón por todo un día, el Dios que partió el Río Jordán alzando un gigantezco muro de agua, ese Dios... ¡Es el mismo de ahora y siempre! ¿Crees que te podrá ayudar con tu "problemita"? Con mi propia vida te aseguro que sí. Lo he vivido.
A veces he llegado a pensar, (dentro de mis posibles reflexiones erróneas, he), que Dios llega y mete mano hasta que tú generas el merecimiento.
Aquí ya te voy a dar una sobadita luego de tanto golpe (por eso te dije que en el párrafo anterior me pude equivocar, muy seguramente): Dios sí llega a meter mano incluso aunque no lo merezcas muchas veces, porque su misericordia es infinita.
“Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino según su misericordia; por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo”. —Tito 3:5 RVA.
“Porque por gracia son salvos por medio de la fe; y esto no es de ustedes, pues es don de Dios. No es por obras, para que nadie se gloríe”. —Efesios 2:8-9 RVA.
No hay castigo. No hay recompensa. Solo hay infinita misericordia de Dios.
Amo haberte podido decir esto. Abrázalo. Es liberador.
Recibir tanto amor de Dios nos transforma, nos da fuerza, nos llena de entusiasmo, nos impulsa a actuar repletos de fe. Ese amor nos lleva a cambiar para bien. Y sucede en el instante en que tu corazón está abierto, sin necesidad de ninguna fecha.
Recuerdo hace tiempo que, en uno de mis momentos de angustia, oraba y le pedía a Dios Su ayuda, una señal, algo. Cuando de repente oigo en mi interior algo que identifiqué como su voz, su respuesta, y me decía lleno de amor y con un tono celestial:
—Haz, ¡haz lo que te inspiro a hacer!, hijo mío.
Sí. Así no más. Poquito faltó para que me dijera: "Ya ponte a trabajar". Yo más o menos lo sentí así.
Y bueno, claro que si uno obedece, se van “apareciendo” señales de acción, oportunidades para trabajar, para hacer, para actuar. Pero vamos, su mensaje me quedó clarito, clarito. Hay que hacer, y hacer ya.
Y bueno, dicho lo anterior, nada más y nada menos que citando La Palabra de Dios, versículos bíblicos muy reveladores y, sí, generadores de entusiasmo y fe, debemos regresar a lo que nos corresponde “hacer” a nosotros.
Sí, estimada lectora, estimado lector: ¡Hacer! Solo hasta que hagamos cosas diferentes, obtendremos resultados diferentes, y esto no depende de una fecha, del Año Nuevo o de un cumpleaños. Depende de una decisión tomada en cualquier momento.
Solo en este momento cambiarás
ArizaTip de que llegó tu momento para cambiar de verdad, capitalizando tu experiencia: Cambiarás solo hasta que llegues al “punto de hartazgo total”. El ser humano no suele cambiar antes, vamos, incluso ni en las fechas que “invitan o prometen” un cambio, como el Año Nuevo. Luego de años de vivir observando la conducta humana, he llegado a impresionarme de cuánto aguanta el ser humano. Somos animales de costumbres y a hasta a vivir con problemas, con angustia y preocupación, te puedes acostumbrar. Le agarras el modito, y sigues andando con la espina clavada aunque cada vez se clave más y te duela más. Todavía aguantas. Ya llegará el momento en que te estés desangrando de tal manera, el “punto de hartazgo total”, para que ahí sí digas: “¡Se acabó!”, y te sacas la espina. ¡Y ahí empieza el cambio de verdad!”.
Ves un monstruo horrible y enorme y con dientes afilados que viene hacia ti y piensas: "Bueno, está todavía a una cuadra. Ya que lo tenga a un metro o dos de distancia, ahí sí me echo a correr".
Mi sugerencia: no te esperes a llegar al “punto de hartazgo total”.
”Oye, Ariza, pero dices que solo cambio hasta el punto de hartazgo total”.
Sí. Lo sostengo. Pero entonces te daré otro poderoso ArizaTip: ¡Imagínatelo! Imagina tan claramente la magnitud de la tragedia a la que llegarás si no cambias, que ahí, imaginando el “punto de hartazgo total” con tal claridad, puedes iniciar tu cambio de verdad.
En vez de cambiar por desesperación, cambia por imaginación.
Sugerencias para mejorar.
Decídete y empieza a actuar ya.
Ten paciencia entusiasta.
Sigue capitalizando la experiencia.
No te compares y emociónate con "tus" resultados.
1. Decídete y empieza a actuar ya
¡Tienes el gran poder de la imaginación! Imagina cómo será tu vida si sigues como sigues... "Esperando". Si no te gusta lo que imaginas, asociándolo con el claro dolor que ves, ¡dejas de esperar y actúas ya!
¿Más motivación? Ahora asocia con placer lo que lograrías actuando. Imagina un futuro extraordinario, el extraordinario resultado de lo que naturalmente sucederá en un futuro si empiezas ya.
No existe el mejor momento para empezar. Empieza y en ese instante creas lo que, cuando pase el tiempo y te asomes hacia atrás, comprenderás que fue el mejor momento. Uno creado por ti tan solo al decidirte y emprender la acción.
Si te está emocionando leerme aquí, te tengo un regalo así no más de Año Nuevo. Cuando termines de leer esta columna, escucha el episodio 126 de mi pódcast: "El mejor momento", aquí.
Secretos de una acción infalible
Si deseas un cambio de verdad, en cualquier fecha o momento, te doy la mejor estrategia:
Acción masiva, inmediata, imperfecta y mejorable.
Masiva: Haz todo, todo, todo lo que puedas, cuanto más mejor. Actúa "poquito", e irás mucho más lento, verás poquitos cambios. Posiblemente te desmotivará. Actúa "con todo" (vamos, lo que más puedas), y sentirás una motivante velocidad.
Inmediata: Es para ya. Todos los líderes así actuamos. ¡Ya! En mis conferencias de liderazgo revelo una gran diferencia conductual. ¿Cómo piensa y actúa una persona promedio: bajo la estructura del "preparen..., apunten..., ¡fuego!". ¿Cómo piensa y actúa un líder? Bajo este otro: "Preparen..., ¡fuego! Apunten". Ahora bien, ¿nos podemos equivocar así? Te aseguro que sí. Yo me he equivocado, ¡pero entonces se corrige sobre la marcha, pero ya llevamos marchando un tramo. Ya es una ventaja en la adquisición de experiencia y, así, capitalizamos la experiencia con el otro secreto de la acción infalible:
Imperfecta. Aquí es en donde entra nuestra aguda sensibilidad y podemos descubrir un error de estrategia. Debes crear "marcadores" de resultados. Imaginas que algo naturalmente debe suceder en algún paso, y si no sucede, es para valorar que quizá tengamos que realizar otra acción y seguir. Aquí son valiosas tres estrategias que te ayudarán:
Busca a alguien que tenga los resultados que buscas y pregúntale cómo lo ha hecho.
No escuches a nadie más, salvo a esa persona.
Consulta la opinión de un mentor que muy posiblemente te ayudará a ver lo que no ves, quien te puede ayudar a ver tus "puntos ciegos" y así, incrementar tu sensibilidad para ajustar los cambios y optimizar tus acciones.
Así, de inmediato haces los ajustes necesarios y logras que tu acción sea:
Mejorable. A volver a cambiar, al fin ya tenemos experiencia en esto y vamos "engolosinados" por el efecto bujía de haber emprendido la primera acción, esa chispa que enciende la siguiente acción.
¡Creamos un círculo virtuoso imparable!
Una acción así de infalible, acción masiva, inmediata, imperfecta y mejorable, forzosamente nos lleva al destino que deseamos.
Cuando entiendes tu poder personal, "tu capacidad para actuar", descubres que creas causa. Y el Universo entero se rige bajo la ley de causa y efecto. Lo que hagas, siempre generará una consecuencia. Así, en tu acción bien pensada, creas dirección. Y toda dirección te lleva a un destino. Recuerda el pequeño y poderoso ingrediente: aguda sensibilidad para detectar si tu acción no va bien encaminada al destino que quieres. Entonces, ajustas las velas y ¡vuelve a cambiar! Con esto logras lo que desees. En serio. Lo que sea.
2. Ten paciencia entusiasta
Ya te he dado mi definición de paciencia arriba. Vuélvela a leer, apréndetela. La paciencia surge de entender la ley que rige al Universo, "La ley de causa y efecto".
Paciencia es entender que forzosamente sucederá el efecto de nuestra acción sostenida, por ley. Así, es un tiempo lleno de esperanza y entusiasmo.
La paciencia es acción llena de fe, sigue siendo acción, pero con una visión entusiasta, aguardando el tiempo que naturalmente necesita el efecto para surgir irremediablemente. Dale tiempo al tiempo, pero dáselo con alegría porque sabes que estás actuando hacia un destino elegido.
Me rio de esos anuncios que suelen salir por allá por abril-mayo, que dicen: "Crea un cuerpo escultural para tus vacaciones de verano". ¡¿Qué?! Me imagino que se refieren al verano dentro de tres o cinco años. Porque si con una inocencia más que infantil, crees en la ilusión de que la lonja que te sale hasta por la espalda desaparezca con una dieta maravillosa en dos o tres meses, lamento decirte que eso nunca sucederá. Aun si no comieras nada de nada más que aire y un poco de agua en dos o tres meses, no vas a lograr ese cuerpo escultural con todos los músculos marcados y sexy para el verano de ese año.
¡Paciencia! Paciencia inteligente, natural y, así, entusiasta.
Hace unos días leí de un autor joven, extraordinario, avalado por la contundencia de su éxito, decir: "Si te vas a tomar en serio tu cambio, prográmate para vivirlo bien y a plenitud en unos cinco años más en promedio".
¡Cinco años!
Sí, es muy buena cifra si te lo tomas en serio. Ahora bien, no te decepciones al creer que falta mucho. Mejor decepciónate que faltará más, mucho, mucho más, si no empiezas hoy, aquí y ahora.
Además, si empiezas, ya te he dicho que hay emoción desde el día uno, y con los "pequeños" resultados que se van logrando, hay suficiente motivación para seguir y seguir.
Cambiar tiene su encanto cuando tienes paciencia inteligente.
3. Sigue capitalizando la experiencia
No empiezas de "ceros". Tienes un gran valor en tu vida. Aquí te compartiré dos verdades que mejoraron mi vida desde que los descubrí hace años:
El éxito crea adicción.
El éxito deja pistas.
Cuando sientes el éxito, ya no te gusta otra experiencia que no sea esa. Puedes subirte al auto o transporte que sea. Pero cuando conoces un automóvil de lujo, con vestiduras de piel, asientos calefactables y ventilados, aire acondicionado, sonido ambiental espectacular, ¡claro que puedes subirte al vagón del metro! Pero ahora ya prefieres tu auto de lujo y lo procurarás siempre. El éxito crea adicción.
Si eres observador, has hecho cosas en tu pasado que sencilla y poderosamente funcionaron a la perfección. ¡Vuélvelas a hacer! No necesitas reinventar la rueda. El éxito deja pistas. Vuélvelas a seguir. Vuelve a hacer lo que te funcionó. El diseño de la pluma "Bic" sigue siendo el mismo desde 1955. 69 años sin cambiarle. Por algo "Bic no sabe fallar". Si algo funciona, síguelo haciendo. El éxito deja pistas.
4. No te compares y emociónate con "tus" resultados
Deja las redes sociales. Elimina las aplicaciones de tu teléfono. No tengas a la mano la comparación. Consciente o inconscientemente te pueden llegar a afectar sintiéndote menos que los "exitosos influencers" que te aconsejan de todo porque han logrado todo y más.
Si ya desarrollaste la adicción a las redes sociales, a querer ver y querer mostrarte con tus poses y fracciones bellas de tu vida, usa tu computadora para subir tus fotos y post's solo cuando estés ahí en ella, pero no sostengas la tentación a la mano si tienes las apps en tu celular. No te imaginas cuánto tiempo te surgirá como de la nada para hacer más de lo que generará el cambio que deseas en tu vida. El tiempo que te quitan las redes sociales es más, mucho más, muchísimo más del que te imaginas. Es como toda adicción. Lo negarás, creerás que solo es tantito y que las puedes dejar cuando quieras. Pero no pasa. Adicción.
Si logras quitarte la adicción (ya te di una estrategia para empezar, usando solo tu computadora) tendrás un tiempo sumamente valioso para hacer lo que te lleva al destino extraordinario que quieres.
“Si no puedes sentarte quieto, ignorar las notificaciones y concentrarte en una tarea durante ocho horas seguidas, nunca esperes construir algo grandioso”. —Alex Hormozi.
De verdad, elimina todas las distracciones que puedas. Concéntrate. En tu concentración hay poder.
Mejora a tu ritmo, a tu paso. No te compares. Sin compararte, te emocionará más lo que vas logrando.
La emoción es la que nos mueve, y mira esto, una dicha: El humano se puede generar a sí mismo emoción. ¡Creo que esa es la dicha de decidir! Un efecto bujía, un chispazo que todo lo prende y lo mantiene encendido.
Tienes más poder del que imaginas para cambiar y lograr.
Saber que puedes cambiar cuando se te pegue la gana, ya también es emocionante. Empezar es más emocionante. Ver pequeños resultados de inicio, incrementa la emoción. Y con toda esa emoción, uno le sigue. Creamos un círculo virtuoso manteniéndonos enfocados. ¡Enfoque, enfoque, enfoque!
Espero que este mensaje especial de Año Nuevo te haya llegado en el momento, cualquiera, en que tu alma pedía escuchar algo así. Y sé que deberá suceder así. Ya llevo años en donde Dios me ha demostrado que me inspira para escribir lo que precisamente otro de sus hijos necesita leer. Así nos usa a todos.
Me encanta.
A estas alturas de mi columna, creo que yo no te diré el trillado "Feliz año nuevo". Mejor...
¡Feliz decisión nueva!
—Alejandro Ariza Z.
P.D.: No sé qué edad tengas al leer esto, pero... ¡Nunca es tarde! ¡Nunca!
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¡Emoción por existir!
📝 La frase de la semana
“ La mejor manera de empezar es dejar de hablar y comenzar a hacer”.
—Walt Disney.
🎤 Conferencia: “Cómo descubrir tu propósito en la vida”.
Dadas las fechas, esta conferencia te puede ayudar muchísimo. Date un tiempo para disfrutarla. Haz clic en la imagen para verla:
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Alejandro Ariza Z. | Publicaciones son sostenidas por sus lectores. Si deseas leer completamente mis publicaciones, considera suscribirte, valorando mi trabajo, invirtiendo en ti:
Muchas gracias por compartir su mensaje de Año Nuevo mi estimado Dr. Ariza la verdad no me pudo llegar en mejor momento, tengo varios años siguiéndolo y la verdad nunca me a dejado de interesar lo que escribe y comenta, le soy honesto mi seguimiento a sido intermitentemente lo reconozco en estos últimos años ya que desde hace 5 años atrás mi vida y yo entramos en una etapa de mucha oscuridad pero Justo hace ya casi 4 meses llegue a ese punto de hartazgo que usted menciona y Justo hace 4 meses nuevamente en un viaje por carretera me volví a conectar con usted por medio de un podcast que me encontré en Spotify y de ahí todo a ido nuevamente llenando de luz en mi vida, o como usted menciona también me dio un calambre cerebral y eme aquí confirmando el gran beneficio que me hace el seguirlo nuevamente, ya que su mensaje de Año Nuevo es una verdadera joya para un servidor en esta nueva etapa de mi vida, todas y cada una de sus líneas me han echo entender y acomodar muchas cosas en las que caí en estos 5 últimos años que todo se fue para abajo cuando mi negocio perdió a 3 de mis mejores clientes y casi me lleva a cerrarlo y él suicidio de uno de mis mejores amigos y en ocasiones socio de mi negocio, esto aunado también con la muerte en un accidente de mi padre y poco tiempo después de otros 2 de mis mejores amigos, y la traición de algunos otros amigos, clientes y hasta de mis hermanos, todo esto me llevo a a buscar alivio en el alcohol y eso solo empeoro más las cosas, hoy gracias a Dios y a usted, con es magnífico podcast de usted que le comento que escuche, vamos paso a paso nuevamente viendo la luz al final del túnel, nuevamente mil gracias por su mensaje y en cuanto mis recursos me lo permitan me haré miembro VIP de su pagina, Dios le bendiga.
Atte Jesús Ríos 🙏🏽