¡Y empezamos otro mes! ¡Qué gusto que lleguemos a vivirlo juntos! No sé tú, pero yo siempre siento una enorme emoción al iniciar un mes. Te la quiero compartir con el tema de hoy que, por ser mi primer artículo del mes, va gratis para todos. Recuerda que, gratis, solo un artículo al mes, pero si quieres leerme y me permites compartirte todas las semanas mi filosofía de vida, eso solo para mis lectores de la Comunidad VIP, por membresía. ¡Una ganga, solo 118 pesos, poquito más de tan solo cinco dólares! ¿Lo vas a seguir pensando? Espero sepas y puedas aprovechar. Formamos una comunidad de personas altamente sensibles y de gran humanismo. Prometo compartirte gran valor semana tras semana. Pues bien, empiezo.
Hace unos momentos se me apareció en mis redes sociales un meme típico, donde decía algo más o menos así: "Empezamos un mes, marzo, que sea un mes bonito y bueno para todos", con una caricatura toda tierna. Íjole... la verdad, yo nunca he estado de acuerdo con esa postura, que aunque de noble intensión, extremadamente lejana de la verdad en cuanto a cómo opera la vida. Un mes nuevo, digamos otro marzo, no tiene voluntad propia como si fuera un ser ajeno y fuera de nosotros que nos elige para que sea bonito y bueno con uno. Cuando crees en frases como la del meme, adquieres una postura muy pasiva, hasta de riesgosa víctima, frente a "lo que te pase", como siendo algo ajeno a ti. ¡Y es todo lo contrario! Si yo intentara mejorar el meme aquel, escribiría: "Empezamos un mes, marzo, haz un mes bonito y bueno para ti." ¡Eso sí! Eso sí está en nuestro control, lo que nosotros elegimos hacer y lo hacemos y solo para uno. Ya jugar al héroe y hacerlo para todos, sale de nuestro control. Debes saber y comprender que la vida la vamos forjando con las decisiones que tomamos momento a momento. "Marzo", no es más que una etiqueta, una mera palabra que designa un espacio imaginario en el tiempo. No más que eso. Es totalmente neutral, ni bueno, ni malo, ni feo, ni bonito. Solo una palabra que designa tiempo. Ahora bien, lo que tú decidas hacer segundo a segundo, ahí sí fraguas lo bueno y lo bonito o todo lo contrario. Caer en plena cuenta de esto, es una sutil y amorosa invitación a madurar: Hacerte tú el único responsable de lo que tú vives. Las acciones que tú realizas (no marzo) generarán resultados, y esos serán lógica consecuencia buena, bonita o mala y espantosa, dependiendo únicamente de ti. Sí, sí, sí, sé que existen algunas cosas que no controlamos, pero aun ahí, podemos elegir cómo reinterpretarlas y hacerse cargo uno mismo de su propio sentir.
"Siempre me gusta ver el lado optimista de la vida, pero soy lo suficientemente inteligente para saber, por lo mismo, que hay otro lado también".
¿Cómo podríamos hacer un bonito y buen marzo? Tomando decisiones inteligentemente pensadas, tomando acciones que generan resultados bonitos y buenos para nosotros. Y para eso, muchas veces, ¡hay que adquirir una nueva conciencia! Primero que nada, teniendo la humildad por aprender, y luego, dedicar tiempo, de calidad, con profunda atención, para aprender que existen otras maneras de ser y actuar y llevarlas a cabo. Si quieres mejorar, todo empieza con un nuevo pensamiento, y todo nuevo pensamiento inicia con la adquisición de nueva información. ¡Festejo que estés leyendo aquí! Un gran paso fue decidir suscribirte a una fuente de información de desarrollo humano y superación personal como son mis publicaciones, primeros aplausos, y leerla con atención es otro gran paso, más aplausos. Y si te suscribes a la Comunidad VIP, muchos más aplausos. 😉
Hoy, así, con esta reflexión de apertura para un nuevo mes, sentí el gran deseo de hablarte de la expresión: *"Carpe diem"*. La expresión fue acuñada por el poeta latino Horacio en el poema número 11 del primer libro de Odas. Dedicada a Leucónoe, el poema parece un consejo y su último verso reza "carpe diem quam minimum credula postero", que se puede traducir como: "Aprovecha el día y no confíes en el mañana". Digamos que es un valioso recordatorio para aprender a vivir con más conciencia de lo único que tenemos seguro y en donde más control podríamos tener: este breve momento (porque ni el día). Créeme en algo: Es un arte aprender a vivir momento a momento, y es un muy desafiante arte por la ingente cantidad de "advertencias de los expertos" que nos bombardean diariamente para siempre estar previniendo el futuro, siempre con la mente pensando en prevenir nuestra vejez, nuestro retiro, el futuro de los hijos, nuestra siguiente etapa, etc. Alerta: no digo que no lo hagas, yo mismo lo recomiendo, por ejemplo, a nivel finanzas personales, por inteligencia para el dinero, ahorrar e invertir para el futuro... pero (aquí un gran pero), sin por ello ir desvaneciendo casi en la nada nuestro momento presente.
Tan grave es el error que hasta puedes perder el placer de comer dando la mordida (el único momento presente), y estar pensando en lo que vas a engordar, tu futuro, en vez de ¡disfrutarlo y ya! Luego podrás cambiar a una alimentación más saludable y, por el mismo nivel de conciencia, la disfrutarás también, o más. Pero si ya estás dispuesto a dar una mordida a ese antojo... ¡Dala concentrada en lo único que tienes: el momento! Se trata de mejor desvanecer la preocupación, ese sentir el malestar del mañana hoy, cuando ni siquiera sabremos si llegará la experiencia. ¡Carpe diem! Aprovecha el día y no confíes en el mañana.
Este tema respecto a las diferentes épocas literarias ha ido variando en la forma de entenderlo. Durante el periodo de la Edad Media era entendido como: "Vive el momento porque pronto vas a morir". Posteriormente, durante el Renacimiento, donde los ideales de belleza y perfección era la conciencia y objetivos predominantes, hicieron entenderlo de la siguiente forma: "Vive el momento porque pronto vas a envejecer". Finalmente, en la Época Barroca, este tema se volvió a interpretar de la misma forma que en la medieval, pero con bastante más intensidad en cuanto a la muerte. Hoy en día, yo fui el primero que en mis conferencias, desde hace casi 30 años, insistí en una gran motivación: "¡Te vas a morir!". Cuando haces plena conciencia de esta inamovible verdad, disminuyes la fuerza que le das a la culpa o a la preocupación. Cuando sabes y haces conciencia de que te vas a morir, revaloras mucho más la vida y decides más inteligentemente, ¡Carpe diem! Aprovecha el día y no confíes en el mañana.
La semana pasada fui a una obra de teatro y me ultra-mega-fascinó lo que, momentos antes de iniciar la función, un músico pasó al frente y nos dijo. Dirigiéndose amablemente al público expresó: "Por favor, apaguen sus celulares" –hasta ahí, nada nuevo. Pero, continuó:– "Si ya pagaron por venir a ver el espectáculo, los invito a estar aquí, ¡estén aquí! Solo es un par de horas. Sálganse un rato de su vida digital y disfruten." Uuuuuuuuuufffffffffff. Pocas veces había escuchado tan sabia reflexión. "Estén aquí". Y como en la obra de teatro a la que fui, también en una conversación con alguien, en una llamada, en una salida a caminar con tu pareja, ¡está ahí! Si te sientes muy orgullosa u orgulloso porque crees tener capacidad "multitasking" no has entendido nada de lo que te he compartido hoy aquí.
Si has decidido jugar con tu hijo, está ahí, jugando... ¡Nada más! Disfruta ese momento por inmersión total. Pasamos volando en el tiempo. (Porque el tiempo no pasa volando, el que pasa es uno). Si has decidido hablar con tu pareja, habla con tu pareja, todo tú, sin hacer nada más, y cuando escuches, solo escucha, sin estar pensando en lo que dirás para rebatir el punto y ganar. Disfruta su voz y su mirada, disfruta que están vivos y juntos en ese momento. Si quieres comer como puerco rosa, ¡disfruta intensamente cada bocado! Si quieres estar a dieta, ¡disfruta restringirte y comer lechuga y una buena bocanada de aire acompañada de un hielito! Si quieres comprar eso a lo que le traes tantas ganas, ¡adelante! Si quieres ahorrar, ¡disfruta guardar tu dinero e invertirlo! Con la práctica, llegarás al "justo medio aristotélico", en donde te sentirás extraordinariamente bien cuando has dedicado tiempo a pensar qué es lo que más te conviene para la etapa que estás viviendo y las condiciones en las que te encuentras, para así, actuar más sabiamente. Pero el mensaje central es que, ya sea una u otra opción, si pensada amorosa e inteligentemente, ¡Carpe diem! ¡Aprovecha el día y no confíes en el mañana!
Así que, para mí, un gran recordatorio al iniciar un mes nuevo es este “Carpe diem”. Este antiguo lema nos invita a vivir al máximo el presente. Hace unos momentos te platicaba de que tener la humildad por aprender, y luego dedicar tiempo, con profunda atención, para aprender que existen otras maneras de ser y actuar. ¡Carpe diem! Aprovecha el día y no confíes en el mañana. ¡Aplica esta filosofía de vida!
Afectuosamente,
–Alejandro Ariza Z.
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La frase de la semana
“Hablar cualquiera puede,
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–Alejandro Ariza Z.
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