De desconocido a indispensable
Acerca de uno de los mayores cambios psicológicos de la humanidad en tan solo 10 años. Acerca del uso de una herramienta que tienes en la mano. Acerca de tu vida y de la mía.
Sensible lectora, lector:
¡Hola! Otra semana más juntos y ahora en un nuevo formato, un poco más concreto. Espero lo disfrutes más así. Esta semana… un tema delicado, revelador e interesante. Eso sentí estudiarlo y analizarlo para ti.
En esta publicación, te comparto:
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💡 Noticia: “ArizaTips” vuelven a su sitio.
✍🏻 Editorial: “De desconocido a indispensable”.
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✍🏻 Editorial: “De desconocido a indispensable”.
Era el lunes 19 de septiembre del 2016 cuando apareció en la revista New York Magazine el artículo: "Yo solía ser un ser humano", y cuyo subtítulo atrapó a más y más lectores: "Un bombardeo interminable de noticias, chismes e imágenes nos ha convertido en maníacos adictos a la información. A mí me destruyó. Puede que a ti también te destruya", escrito por Andrew Sullivan, periodista, comentarista político y bloguero británico.
Supe de ese artículo cuando empecé a leer espectacular libro de Cal Newport, Minimalismo digital. De hecho, él lo cita en los primeros renglones de su "Introducción" y, cuando la estaba releyendo por segunda vez, me dije: tengo que leer ese artículo. Me di a la tarea de buscarlo. Eran las 4:20 a. m. de hoy. No pude parar de leerlo. Me cautivó sobremanera. Y el artículo es demasiado extenso. Hay tantas frases, conceptos, historia, citas, referencias, estadística, confrontaciones con la realidad, que resulta un agasajo intelectual para seguir engullendo conocimiento hasta la gula y sin ser pecado. Hoy, un lunes del 2024, entiendo lo que se publicó en otro lunes, pero de hace ocho años... ¡y cada palabra sigue siendo tan vigente! Por supuesto, por ser mi lector VIP, una persona altamente sensible, al final de mi publicación de hoy, te daré el enlace directo y la manera en que lo puedas leer en español. ¡Tienes que leerlo, por favor!
Una de las frases que me impresionó por su verdad fue cuando afirma que la llegada de los teléfonos inteligentes a nuestras vidas, pasaron de ser desconocidos a indispensables en tan solo una década. ¡En tan solo 10 años todos nos aprisionamos mediante una herropea que, incluso, nosotros mismos pagamos por ella! Una reflexión de este tipo, de ser casi totalmente dependientes de nuestros dispositivos digitales, no es novedad, pero lo que fue para mí fue haber caído en la cuenta del poco tiempo que necesitó un invento para pasar de ser algo totalmente desconocido a convertirse en indispensable, incluso llegando a niveles de adicción. Existe un impacto negativo que la actividad en línea sin restricciones ejerce sobre el bienestar psicológico.
Es por demás sabido que las redes sociales manipulan estados de ánimo. Para muestra, baste un reciente botón del pasado sábado 13 de julio, el intento de asesinato del expresidente Donald Trump. Él mismo es un sembrador de odio en la tierra de las redes sociales, y todo el que siembra, cosecha. Un jovencito de 20 años de edad, Thomas Crooks, mediante la facilidad que su país da para portar armas, usando un rifle harto común allá, tiró a matar al expresidente, en forma fallida por fortuna. No sé tú, pero a mí me dio enorme tristeza esa noticia. Primero por Trump, y luego más, por el chavito. "Con la vara que midas, serás medido" (Mateo 7:2). El joven intentó matar..., y lo mataron. 20 años de edad. Y claro, la noticia corrió como pólvora. No es para menos. Incluso, digno de profundo análisis desde diferentes directrices. Hoy aquí, solo comento soslayadamente hasta donde puede llegar lo que se comunica mediante el uso de redes sociales. Además, bien se sabe que en un mercado abierto donde la nueva moneda es "la atención", todo lo negativo, las emociones oscuras, atraen más miradas que los pensamientos positivos y las reflexiones constructivas. La nota roja vende. Sí, todo gira alrededor del dinero. Todo. Hoy el capital y activos de Google superan, por mucho (miles de millones de dólares), a ExxonMobil. Hoy extraer tu atención es más rentable que extraer petróleo.
Parece que nos hemos olvidado de aquel gran consejo del emperador Marco Aurelio cuando dijo: "Para vivir felizmente, basta con muy poco". Aunque claro, que ese poco se vaya incrementando, por la inflación. (Broma) (Pero no tan broma). Si eres de mis más asiduos lectores, sabes que desde hace ya varios años, he optado por dejar absolutamente todo lo relacionado con las redes sociales hacia finales de año y principios del siguiente. He pasado tantos años ya así, que ha sido notorio que cada año aumenta el tiempo. Primero solo fue diciembre y, conforme pasaron los años, fueron casi tres meses, desde inicios de noviembre hasta finales de enero. Y ayer (pleno mes de julio) que una muy querida seguidora me encontró en un restaurante, se acercó amablemente a mi mesa y me dijo: "No sabemos nada de ti, estás muy desaparecido. Recuerdo que eras muy activo y se sabía de ti en medios, pero ya tiene tiempo que no". En mi interior, en ese instante, me sentí profundamente orgulloso de mí. He logrado salir del maremágnum de las redes sociales y medios, quizá ya por más de un año consecutivo. Y sí, he decidido vivir una vida más privada, más humana, más mía, digamos, dado que pude encontrar una manera de mantenerla alegre y pacíficamente así. Porque sí, hay que encontrar el sustento de otra manera, y si lo encuentras, has encontrado la puerta de salida.
No es que esté en contra, de manera radical, de los medios digitales. Y es que el problema no es la utilidad, sino la autonomía. Yo, afortunadamente, pertenezco a una generación de escritores en línea que empezamos a escribir cuando no existían las redes sociales y mucho menos los "Me gusta" ni los emoticones de corazoncito. Hoy sé que son una adicción para los "influencers" o cualquier "personita" nueva en línea. Me parece que Kevin Maher, escritor irlandés, comentó que revisar los "Me gusta" es el nuevo tabaquismo. Aquí una de sus frases:
«Philip Morris solo quería tus pulmones. La App Store quiere tu alma».
Parece exagerada. No lo es.
Existen muchas definiciones de adicción, la puedes buscar en el Diccionario de la Real Academia Española, hasta en tratados de Psiquiatría y Psicología. Yo no he encontrado una mejor definición que la que otrora diera la afamada revista Psicology Today cuando la definió tan brillantemente como lo siguiente: “La adicción es un trastorno en el que una persona usa una sustancia o presenta una conducta cuya recompensa ofrece un incentivo motivador que lo impele a repetir la conducta a pesar de las consecuencias perjudiciales”.
Cuando se habla de adicciones, generalmente se piensa en cigarro, cocaína, marihuana, como referencias clásicas. Pero cuando lees y entiendes la definición de adicción anterior, bajo esa clara línea de pensamiento, el más reciente Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales, el DSM-5, desde el 2013, ya incluyó la "Adicción Conductual", caracterizada por refuerzos positivos intermitentes y deseos de aceptación social. Desde el punto de vista psiquiátrico, por eso ya es motivo de estudio el efecto en la conducta que implica el uso de un teléfono inteligente y redes sociales. Hoy el celular y las redes sociales son una fuente de ansiedad para miles de pacientes en el mundo.
De igual manera, hoy ya se publican soluciones para esta nueva adicción. Te revelaré aquí las más valiosas que he encontrado y practicado con sus principios filosófico y psicológico que los sustentan, así como sus beneficios: