Dios puede transformar cualquier situación de repente.
Acerca de "los tiempos de Dios". Acerca de tu vida y la mía. Acerca de tres condiciones para activar ayuda divina.
Sensible lectora, lector:
¡Hola! Iniciando otro mes juntos, agosto. Verás que rápido se pasará este mes. Me alegro que lo vivamos juntos.
“Algo” me hizo escribir este tema y pues, yo, aquí obedeciendo. Me alegra que este tema sea mi publicación gratuita para todos mis lectores. La única así del mes. Espero que te ayude.
En esta publicación, te comparto:
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✍🏻 Editorial: “Dios puede transformar cualquier situación de repente”.
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✍🏻 Editorial: “Dios puede transformar cualquier situación de repente”.
Tienes un problema. Tienes miedo. Sientes ansiedad. Pides ayuda a Dios y te encantaría que de inmediato te ayudara, que acudiera lo más pronto que pudiera en tu auxilio. Que arreglara las cosas.
Eso puede suceder.
No tienes que esperar a una condición específica ni cumplir con supuestos requisitos divinos para recibir la ayuda de Dios. No es necesario sacrificarte ni soportar más. El favor de Dios puede llegar de repente, sin más.
Hace poco, recordé un texto que subrayé hace años en Lo mejor de ti, de Joel Osteen:
"Las Escrituras dicen que lo que vemos con los ojos es temporal, sujeto a cambios. Un toque del favor divino puede transformar cualquier situación. De repente, Dios puede hacer prosperar tu negocio, darte una idea innovadora o un cliente nuevo que impulse tu empresa. Puede traer a tu vida a alguien que te ame de verdad o ponerte en el lugar justo en el momento indicado. En cualquier circunstancia, Dios puede transformar las cosas en un instante."
Al leer este hermoso párrafo, sentí el impulso de compartirlo contigo aquí en mis publicaciones y reflexionar sobre algunas ideas. Me llamó la atención especialmente la frase "Dios puede... de repente", y ¡puedo dar fe de que así le encanta actuar a Dios! Me consta en un sinnúmero de veces.
Ante todo, quiero que tengas claras dos cosas:
Dios no requiere que cumplas requisitos para merecer Su ayuda
Dios no tiene favoritos
En realidad, Dios no necesita absolutamente nada ni a nadie. Si crees lo contrario, probablemente sea por ideas que te inculcaron ciertos miembros de tu familia o de tu religión, a quienes diste más importancia de la debida (especialmente si te manipularon). Piensa en la arrogancia que implica creer que Dios mismo te necesita o que debes cumplir ciertos requisitos —a menudo, sacrificios extraordinarios— para que se digne a prestarte atención, para que envíe a sus ángeles a validarlos, los ponga en su lista de pendientes y, quizás, dependiendo de tu rapidez en cumplirlos, te atienda antes. Estas ideas surgen porque muchas personas, tal vez tú entre ellas, han "humanizado" a Dios. El problema es que proyectas tus experiencias con la autoridad y las condiciones que tu padre biológico te ha impuesto para apoyarte —que quizás te explicó como muestra de amor— imaginándolas, con cierta lógica, como las mismas que te impondría Dios, el Padre supremo. Querida lectora, querido lector, no es así, nunca ha sido así y nunca lo será. Por favor, no "humanices" a Dios; es imposible. Eso solo existe en tu imaginación. Dios simplemente espera que hables con Él sinceramente y le pidas ayuda. Cuando lo haces de corazón, ¡siempre responde! Claro, quizás no como "humanamente" supones o exactamente en los tiempos que imaginas. Te dará Su favor en el momento ideal para tu mayor transformación y beneficio. Si esperas una ayuda de 10 en determinado momento, Él te tiene reservada una de 1,000 o más en Su momento.
Entiendo perfectamente, por experiencia propia, que cuando uno atraviesa una gran tragedia, es muy difícil comprender lo que acabo de explicar. Pero no nos corresponde entender, sino vivir la experiencia de recibir Su favor. Mi propuesta, especialmente si estás pasando por momentos difíciles, es que pidas ayuda con todo tu corazón, en privado, y que sueltes el tema dejándolo en Sus manos. Y aquí algo difícil: siéntete bien, deliberadamente y en forma anticipada. Una manera de lograrlo es sabiendo (sintiendo) que Él meterá su mano y te ayudará. Saberlo nivel fe.
"Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de las cosas que no vemos".
–Hebreos 11:1
A menudo, las cosas confiadas completamente a Dios se resuelven de formas inexplicables. Él las resuelve de repente. Dios puede transformar cualquier situación en un instante. Quizás lo único que puedes hacer en momentos extremos es tener fe. Confía en lo que te estoy diciendo. Sé más receptivo y escucha Sus indicaciones. Por ejemplo, aquí mismo estoy siguiendo lo que sentí que me indicó hacer hoy por ti. He leído cientos de libros, subrayado miles de ideas y tenido innumerables oportunidades de publicar, pero hoy en particular siento que me pidió compartir esto contigo, para que lo leas en este preciso momento de tu vida. Por curiosidad, me encantaría que me confirmaras si estás leyendo algo que resuena contigo. Estaré atento a tus comentarios al final de esta entrada.
Dios no tiene favoritos. Imagina un Dios que dijera, rascándose la barba: "Hmm... a ti sí..., a ti no, disculpa..., a ti... te atiendo luego...". ¿Qué clase de "dios" haría eso? ¿Con qué criterio? ¿Por qué actuaría así? Si vuelves a imaginar a Dios como humano, entiendo que puedas pensar que actuaría así. Pero, una vez más, el error es "humanizar" a Dios. Él está presente para todos, siempre. He aprendido que cuando sentimos que Dios nos abandona, en realidad somos nosotros quienes lo hemos abandonado. Olvidamos que está permanentemente en nosotros. Incluso he llegado a pensar que ciertas dificultades que enfrentamos nos ayudan a recordarlo, a volver a Él, a pedirle ayuda y a darnos cuenta de que nunca se ha ido, sino que respeta tanto nuestra libertad que no interviene hasta que se lo pedimos. ¡Pídele ayuda! Y presta atención a sus respuestas. Creo que le gusta hablar en voz muy baja o a través de emociones e intuiciones que sentirás de repente. Necesitas hacer más silencio para escucharlo mejor. Medita y siente más para captar las señales que puede enviarte en sueños o mientras estás despierto. Son cosas que "se sienten". Y muchas de ellas pueden parecer ilógicas. Una vez más, no "humanicemos" a Dios.
Hace tiempo, me enfrentaba a un momento muy difícil en el que debía comunicar ciertas noticias a personas cercanas. Sabía que sería una situación extremadamente incómoda y recuerdo que cerré los ojos y le pedí ayuda a Dios con todo mi corazón, rogándole que, si era posible, me enviara una señal a través de mi padre fallecido. La necesitaba específicamente de él, por la sabia opinión que tenía mi papá respecto al tema de aquella noche, si se me manifestaba de alguna manera, yo ya sabía que debería decir y cómo actuar, tan solo si mi papá se me manifestara. No pasó ni un minuto luego de mi súplica de ayuda a Dios cuando, de repente, en la calle, justo frente a la ventana de la sala donde estaba sentado con mi mamá, a una hora en la que nunca suele haber nadie afuera, un trompetista comenzó a tocar "Amor eterno" de Juan Gabriel, la canción que más le recuerda a mi padre. ¿Cómo es posible que alguien estuviera tocando precisamente esa canción, en ese momento y lugar? Mi sorpresa fue enorme; tomé la mano de mi madre y la apreté mientras veía cómo sus ojos se llenaban de lágrimas al recordar a mi padre con esa melodía. Mi señal ahí estaba. Al momento. Después de un rato, por curiosidad, le pedí a uno de mis asistentes que saliera a ver por qué ya no se oía nada; salió, revisó y volvió para decirme: "Pues, doctor, ya no hay nadie afuera". Esta experiencia me dio la fuerza y seguridad para cumplir con mi tarea.
Existen millones de historias como esta e incluso más impactantes, pero el problema es que son buenas noticias, y estas no suelen difundirse tanto como las malas. Lamentablemente, la mayoría de las personas tienden a creer más en las malas noticias que en las buenas y a compartirlas con mayor frecuencia. Por eso, algunos de nosotros hacemos lo contrario: compartimos y publicamos solo buenas noticias. ¿Me ayudarías a difundir esta entrada de mi blog en tus redes sociales y por correo electrónico? Te lo facilito con los botones que encontrarás al final de la publicación. De verdad, necesitamos unirnos más quienes trabajamos para expandir lo positivo.
Siéntete bien anticipadamente
Si pedimos ayuda a Dios y nos la da, lógicamente nos sentimos de maravilla. Aquí, el "ArizaTip" radica, y con cierta dificultad para el novato, en sentirse bien anticipadamente, como sintiendo que la ayuda divina ya se nos hubiera brindado. Eso ayuda enormemente. Una manera de empezar a lograrlo es saber Quién está prometiendo ayudarnos. ¡Eso debe ayudarnos a agradecer y alabar anticipadamente!
“No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa”. –Isaías 41:10
El apóstol Pablo cuando estaba en la cárcel y malherido. En prisión y no por haber cometido un delito, solo por haber hablado de Jesús. Y en esas condiciones, todavía se atreve a recomendar: "Alégrense siempre en el Señor" (Filipenses 4:4). Y luego, como mamá, por si no escuchaste, añade: "Insisto: ¡Alégrense!". Es un gran versículo, pero, la verdad, difícil de vivirlo cuando uno está transitando en plena e intensa crisis. Pero bien nos aconseja Pablo, ahí, precisamente ahí es cuando hay que alegrarse. ¿Pablo se alegró cuando estaba preso? Sí, ahí mismo lo hizo. Y aquí hay una gran revelación: se alegró no por lo que estaba sucediendo o posiblemente hizo Dios, ¡sino por lo que es Dios! Imagínate a Pablo. Malherido, arrojado al suelo, posiblemente con alguna costilla rota, con grandes dolores, sin enfermera, ni comida, ni ibuprofeno. Y ahí, así, ¡se alegró en el Señor y lo alabó! Estaba con su amigo Silas, y ambos alabaron a Dios.
Tus circunstancias pueden ser malas, pero Dios sigue siendo bueno. Sus promesas siguen vigentes y las cumple. Su gracia es asombrosa. Quizá no te guste lo que estás viviendo, pero aun ahí (y más ahí), puedes adorarlo por quien es Él.
Pablo y Silas alababan a dios antes de recibir ayuda. Nosotros, a menudo, alabamos a Dios y le agradecemos profundamente, cuando recibimos Su ayuda, hasta que nos provee lo que queremos. Pero... ¿No se oye esto como de nivel niño consentido y berrinchudo? No seré agradecido hasta que reciba lo que quiero. ¡Podemos actuar más maduros y actuar mejor! Además, Dios lo merece. Pablo y Silas adoraron a Dios antes de recibir Su ayuda. ¡Así hay que aspirar a ser! ¡Así yo quiero ser!
Pablo y Silas estaban adorando a Dios, y después Él se mostró a ellos con gran poder. No lo adoraron porque se manifestó. Se manifestó porque lo adoraron.
Cuando uno adora a Dios, Él se muestra y eso transforma nuestra vida. Me consta.
Creo que es buen momento para que leas la historia por si no te la sabes. Mira qué imponente el relato de Hechos 16:16-34:
"Sucedió una vez, cuando íbamos al lugar de oración, que encontramos a una muchacha poseída por un espíritu de adivinación. Era una esclava que, adivinando, daba a ganar mucho dinero a sus amos. Esta muchacha comenzó a seguirnos a Pablo y a nosotros, gritando:
—¡Estos hombres son servidores del Dios altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación!
Esto hizo durante muchos días, hasta que Pablo, ya molesto, terminó por volverse y decirle al espíritu que la poseía:
—En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella.
En aquel mismo momento el espíritu la dejó.
Pero cuando los amos de la muchacha vieron que ya no tenían más esperanza de ganar dinero por medio de ella, agarraron a Pablo y a Silas y los llevaron ante las autoridades, a la plaza principal. Los presentaron a los jueces, diciendo:
—Estos judíos están alborotando nuestra ciudad, y enseñan costumbres que nosotros no podemos admitir ni practicar, porque somos romanos.
Entonces la gente se levantó contra ellos, y los jueces ordenaron que les quitaran la ropa y los azotaran con varas. Después de haberlos azotado mucho, los metieron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los vigilara con el mayor cuidado. Al recibir esta orden, el carcelero los metió en el lugar más profundo de la cárcel y los dejó con los pies sujetos en el cepo.
Pero a eso de la medianoche, mientras Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los otros presos estaban escuchando, vino de repente un temblor tan fuerte que sacudió los cimientos de la cárcel. En el mismo momento se abrieron todas las puertas, y a todos los presos se les soltaron las cadenas. Cuando el carcelero despertó y vio que las puertas de la cárcel estaban abiertas, sacó su espada para matarse, pues pensaba que los presos se habían escapado. Pero Pablo le gritó:
—¡No te hagas ningún daño, que todos estamos aquí!
Entonces el carcelero pidió una luz, entró corriendo y, temblando de miedo, se echó a los pies de Pablo y de Silas. Luego los sacó y les preguntó:
—Señores, ¿qué debo hacer para salvarme?
Ellos contestaron:
—Cree en el Señor Jesús, y obtendrás la salvación tú y tu familia.
Y les hablaron del mensaje del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. A esa misma hora de la noche, el carcelero les lavó las heridas, y luego él y toda su familia fueron bautizados. Los llevó después a su casa y les dio de comer, y él y su familia estaban muy contentos por haber creído en Dios".
Cuando crees y sientes y agradeces y alabas anticipadamente, activas el poder del Padre Celestial. Recuerda, Dios puede transformar cualquier situación de repente.
Cree.
Recibe un abrazo y mis bendiciones.
¡Emoción por existir!
📕 La recomendación del libro de la semana
En este libro empecé a escribir lo que yo sentí cuando dije “Sí” a Dios. Creo es el momento de recomendártelo. Lo descargas en Amazon:
📸 La foto de la semana
Un año se pasa rápido, he. Eso me hizo recordar esta foto. Y eso me hace estar más consciente de la responsabilidad de disfrutar y agradecer y alabar deliberadamente, en forma anticipada, siempre.
📝 La frase de la semana
“Pero el Señor me ha dicho: «Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad». Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.
–2 Corintios 12:9.
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Definitivamente un escrito que no solo resuena si no que brinda paz y certeza. A veces olvidamos recurrir a Él en los momentos donde no 'lo necesitamos', simplemente para platicar y quizás hasta para saludarle, así como lo hacemos con un amigo. Definitivamente Dios tiene el poder de transformar cualquier situación y también tiene el poder de formar situaciones nuevas que nos conduzcan por el camino que nuestra alma debe recorrer para bien. Gracias Dr. Ariza por nuevamente ser fuerte de Paz. ¡Abrazo fuerte con cariño y admiración!
Qué resuena en mi después de haber leído esto? creo que todo, cada palabra. Sin duda agradecer anticipadamente actúa como un antídoto contra la incertidumbre. Una expresión de fe y confianza que, desde mi limitada perspectiva, es lo que Dios espera de nosotros. Creer y agradecer sin duda son los actos más poderosos que nos alinean con la esencia divina y nos permiten vivir con una certeza serena en medio de lo desconocido para nosotros.
Muchas gracias por tan profunda reflexión. 💭