Cuando crees que tus agallas surgen por reunirse
Todos nosotros nos sentimos muy cómodos cuando convivimos con quien se parece a nosotros, cuando se parece en cuanto a nuestras elecciones, a nuestros gustos, a nuestras prioridades, de hecho de esa semejanza suele nacer una amistad, de esa semejanza se crea un grupo y hasta pudiendo así, llegar al amor de una pareja. Andar con parecidos nos alegra la experiencia porque engendra un posible espejismo de que hacemos lo correcto.
El problema surge cuando tu seguridad y capacidad para actuar empieza a depender de la pertenencia al grupo. De verdad, hay un gran problema para ti cuando crees que tus agallas surgen por reunirse. Te tengo que decir, con el poder de la experiencia propia y con una Nueva Conciencia, que tu valentía está en ti, con o sin grupo. Y eso se le suele olvidar a la persona promedio que está en un grupo, motivado por éste. Ingresar a un grupo te hace sentir que, si todos hacen lo mismo, cuando tú desees hacer eso que el grupo hace, no te sientas mal e incluso te creas con las agallas y la capacidad para hacerlo, al fin, ahí todo mundo lo hace. Te sientes seguro por la aceptación de la semejanza. Ese es el espejismo del poder de un grupo. Cuando por estar en él, “ves” lo que ahí se hace y así sientes que te motivan (o te manipulan) a hacer lo que ahí la mayoría realiza. Y es cierto, en psicosociología se ha estudiado ampliamente este fenómeno, y así funciona el empoderante impacto emocional de pertenecer a un grupo. Por eso los fumadores se sienten mejor con los fumadores, los cristianos con los cristianos, los gays con los gays, los intelectuales con los intelectuales, los deportistas con los deportistas, los religiosos con los religiosos, los alcohólicos con los alcohólicos… por eso se reúnen esos grupos. En un grupo afin, no se siente el debilitante rechazo por desear hacer cosas diferentes. En un grupo afin se siente la cálida acogida emocional de la aceptación. Tu problema y desafío surgirán cuando la comodidad de la acogida emocional de pertenecer a un grupo empiece a incomodarte por que en tu interior deseas hacer algo diferente a lo que hace el grupo, y esa incomodidad tuya sucederá porque al fin descubres que hay “algo” que no te cuadra, hay algo que dicen en el grupo que a todos les sucede por estar ahí… pero que a ti no te sucede. En momentos como ese te retarás para ser líder o continuar de seguidor (ahora frustrado por descubrir). En momentos como ese, cuando tu corazón y tu mente te indiquen con toda claridad que hay algo mejor para ti dejando al grupo, surgirá la duda para la persona común: “…pero, y si me salgo del grupo… ¿podré yo solo?”. Esa duda surgirá por haber creído que tus agallas surgían por reunirte. Tienes que descubrir que tu valentía surge de muy dentro de ti, en forma totalmente independiente del grupo. Y sólo hasta que descubras dónde radica el tu valor real, tu auténtico coraje, tus verdaderas agallas: ¡En ti y sólo en ti!, es cuando sientes el poder para abandonar al grupo e iniciar tu propio camino. Esto solo lo lograrás hasta que descubras el espejismo del poder de un grupo. El poder está en ti, no en el grupo.
Si te atreves a dejar el grupo te esperan tres sorpresas:
La enorme satisfacción de saberte realmente el único dueño de tu vida
El rechazo por parte del grupo. El acto de haberte salido, iniciará un proceso dejado mucho tiempo atrás en gran cantidad de los miembros del grupo: pensar por sí mismos. Descubrirás que con ciertos integrantes del grupo que se decían tus amigos, nunca existió amistad real, sino un momentáneo interés común mientras aportaras satisfacción a las necesidades de los líderes del grupo. Este hallazgo es valioso, te permite distinguir entre la amistad y los meros intereses creados. Surgirán ataques hacia tu persona por haberte atrevido a hacer algo que permite pensar a los integrantes del grupo, algo que la mayoría ya no hacía y así eran fáciles de manipular. Te conviertes en el enemigo tan solo por inspirar a otros a pensar. A los líderes del grupo no les conviene que sus miembros piensen. Esta es la razón por la que los líderes de un grupo procuran manejar cada vez más y más emoción, por que a mayor emoción, menor la capacidad para pensar. Tú dejaste de emocionarte y empezaste a pensar, ahí te convertiste en amenaza del grupo.
Formarás un nuevo grupo donde los que han pensado y así descubierto lo que tú, te seguirán. Te sorprenderá la cantidad de personas que deseaban salirse del grupo anterior, pero solo estaban esperando a quien se atreviera a dar el primer paso. Se necesitaba a un líder.
Es tremendamente empoderante saber dónde radica tu verdadero valor. Y créeme, no está en el grupo “realmente”. Está en ti. Se manifiesta cuando te atreves a ser líder, y precisamente ahí donde inicia todo liderazgo, siendo líder de ti mismo. Ya luego el nuevo grupo reafirma tu valor y tu coraje, tus agallas y tus creencias, entre todos se inspiran y motivan. Pero no olvides dónde radica tu verdadera valentía y poder: en ti. Cuando escuchas los llamados de tu corazón, lo que yo siempre he sentido como la Voz de Dios en amorosas órdenes directas para mí siempre procurando mi bien, lo único que he aprendido es a obedecer. Cuando sabes Quién te da las sugerencias, conviene obedecer.
Te comento esto en un momento de cavilación donde me encontraba analizando el comportamiento de los grupos y mi historia de vida reciente. Tiene un encanto ir revelando lo que la vida te va enseñando, albergando la ilusión de ir dejando una estela de luz. Mi mayor deseo es que no te engañes con el espejismo de un grupo donde se diga que se vive algo que tú no vives en verdad. El ser humano puede llegar a creer que vive y ve lo que líderes de un grupo dicen que se vive y se ve aunque el individuo tenga la evidencia en su propia vida de que no lo vive y no lo ve. Ese es el espejismo del poder de un grupo. Así de absurdo puede ser el ser humano con respecto a un grupo cuando le llega a conferir a los líderes del grupo más credibilidad que a lo que vive con toda evidencia en sí mismo. Increíble, pero así sucede... hasta que hay un despertar en el individuo, hasta que la persona avanza con una Nueva Conciencia a descubrir la verdad basada en sí mismo y empieza a basar su criterio en la evidencia de lo que vive él como individuo. Con la luz de la Nueva Conciencia del individuo, el espejismo del poder de un grupo al fin se difumina. ¡Despierta, sal del sistema, descubre tu realidad: lo que tú vives en tu persona! Ahí está el verdadero criterio de selección. Basa tus elecciones en tu realidad personal y no te engañes con el espejismo de pertenecer a un grupo donde se dice que se vive algo que, en verdad, no vives tú. Lo que haces para adelgazar será realmente valioso hasta que tu cintura mida menos y entres mejor en tu ropa, pero jamás tendrá valor real para ti el solo hecho de pertenecer a un grupo donde se dice que ahí se adelgaza… y tu sigues obeso, por ponerte un ejemplo. Debes atender tu realidad.
En muchas de mis conferencias disfruto de citar al diccionario, y en esta columna se me antoja citar la definición de la palabra “espejismo” en sus dos ascepciones:
Ilusión óptica debida a la reflexión total de la luz cuando atraviesa capas de aire de densidad distinta, con lo cual los objetos lejanos dan una imagen invertida.
Ilusión, apariencia engañosa de algo.
Cree en Dios y confía en ti, antes que en un grupo.
¡Vivo con entusiasmo!
-Alejandro Ariza.