La fuerza del pensamiento para el sentido de la vida.

El fantasma de un virus y mi conocimiento me llevan a reflexionar acerca del apasionante tema de cómo manejar la fuerza del pensamiento para dar sentido a la vida.

Sin duda, me resfrié en mi más reciente viaje a Reynosa. Además del muy mal clima que me tocó, el aire acondicionado del aeropuerto estaba para congelarse, aunado al pésimo servicio de Aeroméxico en donde nos retrasaron el vuelo casi cinco horas, fue ahí cuando dije: “Hum…, ya siento mucho frio en la cara y la garganta y ya por mucho tiempo”. Y de paso esté platicarte que ya habían “retrasado” el vuelo de un día para el otro. En fin, muy mala experiencia en el vuelo y aeropuerto de Reynosa.

Ahora que me siento con el clásico “picorsito” en la garganta, ¡por supuesto que me pasó por la mente COVID-19! Recuerdo cómo en la mañana, mientras desayunaba, aproveché que el Apple Watch incluye un oxímetro y de inmediato a medirme la saturación. Cuando salió 99%, me entró un poco el alma al cuerpo. Y es que ahora que hago memoria, la última vez que estuve enfermo fue precisamente de COVID-19 hace unos dos años. También ando oliendo todo, y me alegra percibir perfecto el aroma de mi exquisitísimo café de la mañana, esta tarde el de mi tecito apapachador. Si duda, el miedo no anda en burro, el fantasma del virus se apareció, y aunque ya no sea letal, solo quienes lo vivimos podemos entender el natural temor. Toda otra opinión, es inmensamente ajena a la experiencia. Pero la buena noticia es que fue solo eso, el puro fantasma, del virus, nada. De hecho, pues es “casi natural” que alrededor de estos días del año, los episodios respiratorios sean relativamente la norma.

Detrás de todo esto, hay buenas noticias. Siempre hay buenas noticias si uno se aboca a buscarlas. De eso te hablaré hoy:

1. Qué hay de bueno detrás de lo aparentemente malo

2. La maravilla de dejar las redes sociales en esta época del año

3. Cómo voy manejando el mayor duelo de mi vida

4. La foto de la semana

5. La frase de la semana

Pues bien, empecemos con lo que deseo compartir contigo en esta ocasión…