La más bella oración para agradecer a Dios
No sabía cómo agradecer tanto, y Él me ayudó hasta en eso.
A veces ya no sé cómo agradecer más y más a Dios por la evidentísima ayuda que he recibido de Él. Bueno, qué digo ayuda, auxilio. De verdad, Dios mío, ¡gracias!
Con mucho gusto.
¡Hola Dios! No sabía que me estabas escuchando. Bueno, siempre, ¿verdad?
Siempre que tú lo deseas.
Oye, es que de verdad, estoy muy consciente de tu favor, de cómo me has sacado adelante en momentos donde creí que no había solución y, como siempre, contra toda lógica y en forma realmente sobrenatural, me sacas adelante y me vuelves a llenar de paz y seguridad.
Es mi especialidad. Me encanta ver que vuelves a tu centro y a enfocarte en lo que viniste a hacer en este mundo, a lo que te envié.
Ay Señor, pues ¡gracias a ti! Oye, y estoy pensando que ante mi falta de palabras para agradecerte con la plenitud que yo quisiera (y mira que ya es decir algo que a mí me falten palabras), fue que me enviaste esta hermosísima oración de gratitud hoy, esa que le escuché a un pastor.
Algo hay de eso. Tú pediste…, yo doy.
¡Pero es que hasta eso! Me sorprendes. Y he de decirte, que la oración de gratitud que hoy conocí, es la más bella oración de gratitud que he conocido en toda mi vida. Me estremeció sentirla tal cual. Por ello, en cuanto la conocí, me di a la tarea de transcribirla y volver a decírtela, ahora hasta con mi voz.
Y me alegro mucho, mucho de verdad. Más bendiciones vienen en camino.
¡Señor! Pues tengo ganas de compartirla aquí para mis lectores, esos que sí están interesados de verdad en estos “diálogos”.
Gracias.
¡Señor! Tú dándome las gracias. ¡Por favor! El agradecido con total plenitud soy yo. Esta oración te la rezaré diario. Hasta la acabo de imprimir para dejarla en mi oratorio. Expresa magistralmente todo lo que verdaderamente siento. Y aquí la plasmaré: