Hace unos días vi a un paciente que, al escuchar su dinámica de pareja, supe que muy posiblemente sufriría mucho en un futuro cercano.
Es sincero y confiesa ya no sentir nada en su corazón ni cuando su pareja le llama «amor». Incluso, ya hasta le empieza a molestar porque no tiene deseo ni de ser recíproco.
Todavía no se da cuenta del origen de ese estado.
La ventaja es que me eligió como su terapeuta y pronto lo descubrirá y se abrirá una factible mejora. Afirmo esto como autor del libro El verdadero éxito en la vida, más allá del ego.
Pero mientras, me hizo recordar una gran frase de Rumi:
«Quien se aferra a su ego es como roca dura en la que es imposible sembrar».
ArizaTip: para cambiar hay que tener disposición para ello. Imposible antes.
Si entiendes, cambias.
—Alejandro Ariza Z.