Hace unos momentos revisaba una propuesta de negocio y con tan solo verlo unos minutos me empecé a sentir mal. He aprendido a sentir mi cuerpo como señal de lo que tengo frente a mí. Es, modestia aparte, un tipo de don. Si me siento mal, no es por ahí. Siento una molestia en el plexo solar y en el pecho e incipientes náuseas. Clarísimo signo de rechazo. Luego de alejarme de la fuente de información empecé a pensar. Primero siento, luego pienso. El origen de mucho de mi rechazo fue lo complicado. Eso me hizo recordar una frase que se le atribuye a Guillermo de Ockham, pensador inglés y fraile franciscano:
“La solución más simple es la correcta”.
¡Estoy totalmente de acuerdo! De hecho, así he llevado mi vida en los últimos años y, precisamente, han sido los mejores años de mi vida. Lo simple es lo correcto. Tanto en los negocios, como en la alimentación, como en el estilo de vida. Bueno, de ahí creo que empezó mi amor por el minimalismo. Hasta en la elección de mi automóvil (ahora que empiezo a manejar a estas alturas de mi vida) ya reina esa predilección: lo minimalista, lo simple, lo que funcione bien es suficiente. ¿Lujo? Sí, puede coexistir. Existe el lujo minimalista.
En fin, tuve el impulso de compartirte, para cuando tengas que elegir, este ArizaTip: lo simple y lo fácil es lo correcto. Esta es una verdad poco aceptada.
Vivimos en una cultura donde el esfuerzo está colocado en el trono de los requisitos para los triunfadores. No es verdad. Es pura fama de un tipo de falacia. Esto solo lo alcanzas a ver dependiendo del nivel de evolución desde donde te encuentres.
El sentir éxito es algo tan personal y que hasta con el tiempo va cambiando, que te garantizo que lo que al principio consideraste como fundamental para triunfar, esforzarte tremendamente hasta niveles inhumanos, mostrándoselo a los demás para que te admiren y aplaudan, puede llegar a mutar pacífica y aisladamente al verdadero éxito en la vida: sencillez, paz y privacía. Donde puedes vivir de manera simple y tranquilo, sin tener de demostrarle nada, a nadie, nunca.
¿Tendrás que trabajar? ¡Claro! Pero el gran secreto para nunca esforzarte es disfrutar lo que haces. ¿Cómo? Siguiendo “señales de destino” que todos tenemos desde nuestro nacimiento y tierna infancia. Para saber más de esto, escribí todo un libro y dicté una conferencia que puedes disfrutar viéndola aquí: “Señales de destino”.
ArizaTip plus: una frase que nos puede dejar pensando mucho tiempo, digno de una futura publicación, quizá…
“En el pensamiento, mantente en lo simple. En el conflicto, se justo y generoso. En el trabajo, haz lo que disfrutes. En la vida familiar, mantente presente”. –Lao Tsé.
Siempre te sugeriré: elige lo simple, lo que te genere paz. Es por ahí.
–Alejandro Ariza Z.
Cada día confirmo más y más cómo muchos paradigmas nos han condicionado ciegamente a nadar como los salmones, contra la corriente natural de la vida. Que en el caso de los salmones es lo natural, más no en nuestro caso. Es al ego al que le gusta complicar todo para entonces sentir que está viviendo intensamente, sin darse cuenta que para realmente vivir intensamente y disfrutar sólo hay que fluir y seguir el curso natural de las cosas.
Gracias por este aporte Dr. Ariza, siempre llegan en el momento indicado.
Me alegro Michael. Muchos saludos.