¿Por qué perdemos la paz?
Cinco reveladoras razones por las que perdemos la paz y cómo recuperarla, incluso dentro de una crisis. Acerca de uno de nuestros más profundos deseos: nuestra paz.
Sensible lectora, lector:
¡Hola! Otra semana juntos y, en esa ocasión, continúo un tema muy especial, una vez más, por cómo me he atrevido a escribir. Mi corazón deseó compartirte lo que aprendí y que tanto me ayudó en estos desafiantes días. Como ya te lo he dicho, no soy experto en Biblia, pero sí soy experto para encontrar expertos y tener toda la disposición para aprender de ellos. Soy testigo ya del bien producido por lo que aprendí y me sirvió enormemente. Así te lo comparto.
En esta publicación, te comparto:
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✍🏻 Editorial: “¿Por qué perdemos la paz?”.
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✍🏻 Editorial: “Si estás preocupado”.
Dado lo que estoy viviendo en los últimos días, este tema me es menester compartirlo. Mi corazón me ha dicho que te puede ayudar también.
Al igual que cualquiera, yo mismo puedo pasar por momentos en donde pierdo lo más preciado de mi vida: mi paz. Ahora bien, por pura práctica (caray), a lo largo de mi vida he aprendido que en esos momentos la recupero cuando me aboco de lleno a estudiar las Sagradas Escrituras. Dios siempre es mi mayor fuente de paz, esa misma que Él promete, una que rebasa todo entendimiento. Aunque aquí te he de confesar que en esto siempre me llamó poderosamente la atención cuál sería esa paz tan especial que promete Dios cuando dice:
"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo".
–Juan 14:27
Son de esos momentos en que me gustaría decirle a Dios: "Oye, Dios, pero es que la paz que necesito es la de este mundo, porque estoy en este mundo. Digo, con todo respeto, la tuya debe ser la más uyuyuy sin duda alguna, pero si supieras cómo se la pasa uno de repente acá a nivel cancha de los humanos, quizá me entenderías un poquito más. No seas gacho, también compárteme las cosas que necesito para recuperar mi paz acá abajo. Amén".
Tuvieron que pasar muchas horas de estudio profundo para entender cuando, en medio de plena crisis, en los momentos más álgidos de una verdadera angustia, puedo llegar a sentir esa paz de la que Él habla. Meses de lectura, de análisis, de oración, de pedir que llegara una explicación, y así conocí a Charles F. Stanley, teólogo, predicador, misionero, erudito bíblico, escritor y pastor bautista estadounidense, quien mejor me explicó lo que tanto mi corazón y mente necesitaban entender. De verdad que el que busca, encuentra. Cuando descubrí esto en mi vida, empecé a entender lo que es perder el miedo en plena tragedia. ¡Esto te lo tengo que compartir! Solo existe una manera en la que podamos disfrutar de la paz perdurable que sobrepasa las dificultades, y es: