Quien está decidido…

…simplemente actúa. Y ya. Cuando la vida me ha dado la oportunidad tantas y tantas veces de ver el comportamiento de la gente, noto…

…simplemente actúa. Y ya. Cuando la vida me ha dado la oportunidad tantas y tantas veces de ver el comportamiento de la gente, noto refulgente esa afirmación. Alguien decidido, simplemente actúa, y ya. No pasa horas pensando, no esgrime pretextos en defensa propia, no dilata. ¡Ese es el maravilloso poder de una decisión! Y tristemente, la tragedia del indeciso es precisamente la dilación, simplemente la falta de acción.

En varias de mis conferencias siempre lo he afirmado, el origen de todo resultado es la acción. Por eso solo obtiene resultados el decidido. Y por ello no logra ningún resultado el indeciso. Ahora bien… la gran pregunta: ¡¿Cómo lograr decidirse?! La gran respuesta: teniendo claridad de valores. Sólo la claridad de valores genera una segura decisión, y la persona de inmediato empieza a actuar, ahí mismo inicia la gestación de un resultado.

El indeciso no tiene claros sus valores. No distingue qué es lo más importante para él. La tragedia del ignorante de su propia escala de valores.

Cavilaciones antes de irme a dormir.