Señales de que podrías ser un gran orador
Señales de que podrías ser un gran orador
La potencial magia transformadora de tu deseo por tocar vidas.
¿Cuánto dinero gana un orador profesional? Depende. Depende de su nivel intelectual, de los años de experiencia, de su influencia social, del número y tipo de sus publicaciones, de su trayectoria y fama, de sus resultados obtenidos, de su actuación y habilidades para hablar en público, así como del país en donde trabaje principalmente. Pero no se trata de saber cuánto puede ganar una persona como orador profesional, sino el gran secreto reside en saber si la persona puede ser un orador profesional y sus ganancias sean consecuencia. Desde hace años he explicado que el verdadero éxito en la vida es aquel que sucede como divina consecuencia, no lo buscas ni lo intentas como objetivo. Así el dinero. Exactamente igual.
Como orador verdaderamente profesional, las ganancias pueden ir de aproximadamente 5,000 dólares por hora hasta unos 83,000 dólares por hora, esto último como es el caso de un afamado orador de EE.UU. Esta es una maravillosa, realmente divina, manera de ganarse la vida, te lo puedo afirmar yo con más de 30 años de exitosa trayectoria como orador profesional, modestia aparte. Es un paraíso de dinámica de vida... siempre y cuando sea tu misión existencial, como todo. Hay mucho trabajo atrás de la fama... ¡Sí! Como en toda actividad rentable. Lo que sucede es que, cuando amas lo que haces, no eres consciente de ningún esfuerzo, aunque lo hagas.
Al orador profesional no se le paga solo por todas las cualidades que expresé en el primer párrafo, sino por lo que hizo de antemano, por todo su emprendimiento previo a una conferencia de una o dos horas. Por transformar vidas de verdad. Este es un privilegio de pocos, muy pocos.
Tú, al igual que muchos de nosotros, los oradores profesionales, también puedes tener grandes cosas que compartir. Tal vez hayas sido un exitoso ejecutivo de una empresa de Fortune 500, o un emprendedor exitoso o hayas tenido experiencias de vida increíbles. Tienes algo genial que compartir, pero... no estás seguro de por dónde empezar o ni habías contemplado la magia de vivir como orador profesional. ¿Crees que hablar en público podría ser una forma de difundir tu mensaje y convertirte en una comunicador de gran influencia? ¿Tendrás lo que se necesita para ser un gran orador público? Aquí te compartiré reveladoras señales de que podrías ser un gran orador público y aún no lo sabes:
1. DESEAS HABLAR.
Puede que no sientas que eres un experto para hablar en público, tal vez pienses que eres terriblemente malo para ello. Tal vez te pongas nervioso y ansioso solo por pensar en pararte frente a un grupo y hablar con ellos. Pero si tienes el deseo de hablar, esa es la primera señal de que puede haber un gran orador público dentro de ti. Los detalles técnicos de hablar se pueden enseñar y aprender, pero el deseo de hacerlo tiene que venir de dentro de ti. Este es un gran secreto que explico ampliamente en mi curso de "Oratoria de Gran Influencia", yo te puedo enseñar, sintetizado en tres días, las mejores estrategias acumuladas en 30 años, pero lo único que no puedo enseñar, ni yo ni nadie, es el deseo de hablarle a la gente. El deseo lo tienes o no lo tienes. Eso nadie te lo podemos ni inspirar, la verdad. Es parte de la magia de una misión de vida. Traes la misión o no.
Cuando alguien no trae la misión y aun así se lanza a hablar en público, se nota. Es un mero facilitador, instructor, capacitador dentro de su propia empresa, etc. Pero "Orador profesional", eso es otro mundo, es una misión de vida y eso se trae dentro de sí o no. Si tienes el deseo, ya tienes el ingrediente más valioso, la joya más preciada, el Santo Grial de la comunicación dentro de ti.
2. RECIBES COMENTARIOS POSITIVOS Y NO SOLICITADOS DE EXTRAÑOS CUANDO HABLAS.
Tu madre tiene que decirte que hiciste un buen trabajo hablando. Eso sucede siempre. O bueno, casi siempre. Sin duda, puede que tenga razón, pero los elogios no solicitados de extraños que no tienen nada que ganar o perder al felicitarte son infinitamente más confiables. Trata de recordar... ¿Qué pasó la última vez que hiciste una presentación, impartiste una clase o hablaste a un grupo? ¿La gente vino y te dio elogios que iban más allá de la cortesía normal? ¿La gente se te quedaba mirando de una forma muy especial al felicitarte, como no creyendo que seas de verdad? Eso puede ser una señal de que tienes algo de talento natural.
Sí, sorpréndete con una verdad de la vida: muchas veces no descubrimos nuestro valor hasta que otros nos lo enseñan. Cuando el éxito sucede muy "natural" desde dentro de ti, ese fluir del talento sin consciencia del esfuerzo, es casi imposible alcanzar a percibirlo como algo extraordinario, para ti está sucediendo algo natural. Como todo, hasta que descubres que los otros no pueden hacer lo que tú, hasta que se te revela una comparación, puedes empezar a darte cuenta de tu don. Una incipiente comparación se revela cuando otros te admiran sinceramente tu manera de hablar y dirigirte a un público. Puedes empezar a sospechar de que podrías ser un gran orador profesional si tienes estas maravillosas experiencias.
3. ERES MAESTRO.
Y aquí no me refiero a tu trabajo, sino a tu naturaleza. Hay muchos profesores, entrenadores y capacitadores que carecen del corazón de un verdadero maestro y, por otro lado, hay arquitectos, escritores, vendedores, amas de casa y taxistas que son maestros en su esencia. ¿Tienes el corazón de un maestro? ¿Te gusta mucho el compartir lo que sabes por la simple alegría de ayudar a los demás y observar cómo mejoran? ¿Te encanta el brillo de los ojos en los demás cuando, gracias a ti, logran entender algo y así cambiar?
Te voy a revelar uno de mis más grandes secretos y que explico ampliamente en mi curso de oratoria y llenando de sensibles y reveladoras anécdotas ese momento de mi explicación: el orador verdaderamente profesional desaparece cuando habla. Parte de tener éxito como orador profesional es centrarse en su audiencia, en lugar de en sí mismo, y aquellos que son maestros naturales tienden a tener esta capacidad. Te preocupas por los demás con total honestidad y deseas que mejoren.
4. ERES UN EMPRENDEDOR.
Ya seas empresario o emprendedor (hay enormes diferencias), al igual que con el punto anterior, esto se trata menos de lo que pones en tu currículum y más de cómo vives y quién eres como persona.
Un empresario es un hacedor, es alguien que mueve un recurso de un área de menor utilidad a un área de mayor utilidad. Los empresarios se mejoran a sí mismos y a su entorno. Los empresarios generan fuentes de trabajo y crean oportunidades de desarrollo para los demás.
Algunas personas solo hacen lo que se les pide que hagan, y eso no tiene nada de malo (como empleador o jefe, realmente aprecio a las personas que simplemente hacen lo que se supone que deben hacer y hasta lo hacen bien), pero hay otros que siempre se preguntan a sí mismos: "¿Qué más puedo hacer? ¿Cuánto más puedo llevar esto?" Si siempre estás buscando hacer más, para mejorar las cosas, entonces puedes sentirte atraído por hablar en público porque es una de las formas más efectivas de mejorarte a ti mismo y a aquellos en los que tienes la oportunidad de influir. Curioso, pero es una señal.
5. TE GUSTA ESCRIBIR.
Uno de los momentos más reveladores en mi curso de oratoria es cuando le explico a mi audiencia y noto como casi se les salen los ojos cuando dijo. "En la manera de hablar se nota la ortografía de alguien". El orador profesional también es un gran escritor y un gran lector.
¿Escribes correos electrónicos largos? ¿Has escrito un libro? ¿Tienes un blog? Si naturalmente produces mucho contenido escrito, o te gusta escribir, es una buena señal de que puede ser un gran orador público. Quien cuida su forma de escribir, se le nota hasta en el hablar. Por decírtelo de otra manera: Hablar es la versión audible de la escritura. En muchos sentidos es lo mismo, pero se entrega de una manera diferente. Te garantizo que si te gusta escribir, disfrutarás hablando en público, aunque puede ser necesario trabajar en algunos de los aspectos técnicos en los que la escritura y la expresión oral difieren. Eso ya son meros detalles que se pueden aprender. Y mi curso de "Construyendo un Segundo cerebro (digital)" revelo el arte de tomar y escribir notas para siempre tener material que comunicar.
6. ERES EMPÁTICO.
Hablar en público con éxito, como cualquier forma de comunicación, depende mucho de que el orador entienda a la audiencia. ¿Alguna vez has escuchado hablar y hablar a alguien y has pensado: "Este tipo no tiene ni idea de con quién está hablando o de qué le importa"? Los grandes oradores públicos tienen empatía por los demás. El orador profesional es alguien que tiene la capacidad de sentir lo que otros sienten y entiende sus necesidades y deseos y, por tanto, pueden decir las palabras que se conectarán con la audiencia. Esto es un arte, pero se sustenta en una característica personal, la empatía. La capacidad de entender el mundo de significados de las otras personas.
Ayuda que tengas algo de carisma, vamos... que caigas bien a la gente en general.
7. TIENES HABILIDAD USANDO LAS PALABRAS.
Esto no quiere decir que tengas un gran vocabulario o que conozcas palabras elegantes o rimbombantes. Significa que, casi naturalmente, sabes qué palabras producirán los pensamientos que quieres que tu audiencia tenga. De hecho, a menudo esto significa usar palabras simples que cualquiera puede entender. El objetivo no es hacer que la gente note tu vocabulario, sino hacer que tus palabras sean prudentes, sean dichas en la forma y en el momento adecuado. Si sientes que a menudo sabes las palabras correctas para transmitir tu idea, entonces esa es una señal de que tienes potencial para ser un gran orador. Y te digo, esto suele suceder en alguien que naturalmente disfruta de leer y también de saber escuchar, desde a alguien inteligente, hasta una película o documental con una singular atención.
8. TE EMOCIONA MUCHO ESCUCHAR A UN ORADOR PROFESIONAL.
El 95% de los oradores profesionales alguna vez sentimos una gran admiración por otro orador profesional y sentimos ganas de ser como él o como ella. Esta es una interesante revelación de la vida íntima de un orador profesional. Alguien nos inspiró trascendentemente.
Una cosa es disfrutar, admirar y aplaudir el talento de un artista-orador profesional, y otra cosa es sentir más allá y, sin duda, sentir dentro tuyo un "yo quisiera ser como él, yo qusiera hacer lo que él hace". Si sientes este otro nivel dentro tuyo, sin duda es otra buena señal de que potencialmente puede haber dentro de ti un orador profesional reclamando salir.
Pues bien, todas estas señales no significan necesariamente que serás un gran orador público, pero sí son señales de que puedes tener lo que se necesita. De hecho, si varias de estas señales resonaron dentro de ti, el siguiente paso es cristalizar tu deseo asistiendo a un curso de oratoria, sede y experiencia que se convertirá en un recinto sagrado, por lo que se enseña ahí para alguien como tú. Eso lo sentirás.
Ahora bien, ya hablando de este tema, por mucho que estas sean señales de tus habilidades de hablar potenciales, déjame que te diga que también hay otras señales de que es posible que no estés listo para convertirte en un gran orador público. Si alguno de los siguientes son pensamientos que tienes cuando te imaginas hablando en público, todavía tienes que trabajar mucho en dilucidar si es lo tuyo o no:
TRES SEÑALES DE QUE LA ORATORIA NO ES PARA TI.
Quieres ganar dinero fácil. Si el dinero es tu único móvil, no te perfilas como orador profesional. Hablar en público no es fácil, de hecho es uno de las mayores fuentes de estrés, angustia y ansiedad para la persona promedio. Así, menos fácil será ganar dinero como orador profesional. Llévate una sorpresa: Muchos oradores públicos, incluso buenos, no ganan mucho dinero. Aquí déjame decirte, aprender a cobrar por hablar es otro tema, es otro conocimiento que hay que adquirir y es más un tema empresarial que otra cosa. De hecho, esto es un gran privilegio para los que asisten a un curso de oratoria de verdad profesional. También se enseña a cobrar, qué, cuánto y cómo. Aquellos que ganan mucho dinero hablando es porque de verdad son fuera de serie y lo han sabido hacer. Por lo mínimo, el 65% de sus ingresos provienen de su capacidad como oradores. No es de extrañar que el orador pueda (y deba naturalmente) ganar dinero por otras fuentes, pero siendo común que no dejan de generar ingresos por hablar.
Quieres ser famoso. Esto está enfocado en ti mismo, y lo más probable es que si estás tan centrado en ti mismo, te faltará empatía y no te conectará con tu audiencia. Se notará tu ego y dejarán de solicitar tu ya limitado servicio.
Sientes que te mueres tan solo de pensar en hablar en público. Ya no digamos en hablar de verdad. Si tu ansiedad es en extremo grande ante la mera posibilidad de hablar en público, la oratoria no es lo tuyo.
Una cosa será que ocasionalmente te veas en la necesidad de hablar en público, algo a lo que te ayudará enormemente tomando un curso de oratoria, y aun así hables en público, aunque te den muchos nervios, pero hay que distinguir eso del que tengas el ferviente deseo de ser tú el que siempre quiera hablar.
¿CUÁL ES TU POTENCIAL?
No todo el mundo tiene la oportunidad de descubrir de qué son capaces. Curiosamente, recientemente escuché esto resumido perfectamente por Donald Trump, de todas las personas: "La mayoría de las personas que tienen el instinto para hacer negocios nunca reconocerán que lo hacen, porque no tienen el coraje o la suerte de descubrir su potencial. En algún lugar hay algunos hombres con más talento innato en el golf que Jack Nicklaus, o mujeres con mayor habilidad en el tenis que Chris Evert o Martina Navratilova, pero nunca levantarán un palo o balancearán una raqueta y, por lo tanto, nunca encontrarán lo grandes que podrían haber sido. En su lugar, se contentarán con sentarse y ver a las estrellas actuar en la televisión".
¿Quieres un secreto para descubrir tu potencial? ¡Atrévete a intentar! Prueba. Siente lo que sucede en ti durante la prueba. Puedes confirmar que eso no es para ti... o puedes llevarte la bendita sorpresa de descubrir tu misión existencial hablando en público. Puede que seas un potencial gran orador, pero nunca lo sabrás a menos de que lo intentes. Puede que pienses que no eres un orador natural, pero si alguno de los signos anteriores coincide contigo, tal vez deberías intentar hablar en público. Puede que sea tu vocación. ¡Y qué mejor si te das la oportunidad de investigar de la mano de un verdadero orador profesional!
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