¿Valdrá la pena vivir?
El sorprendente poder transformador de una de las posibles respuestas, más allá del "sí" o el "no".
¿Valdrá la pena vivir? Qué tal si te preguntaran eso, seriamente. Es una pregunta que raramente nos hacemos en la vida cotidiana, hasta que pasamos por alguna crisis, desesperación o confusión. De primeras de cambio, pareciera que hay dos respuestas posibles: si o no. Estoy seguro de que muchos lectores de mi tipo de literatura se desbocarían corriendo a responder que "¡Sí, claro que sí, pase lo que pase!". Si eres uno de ellos, quizá debas saber que algunas personas dirían que no. Todo dependerá de tu experiencia en el momento en que te hagan la pregunta; porque para colmo, la misma persona puede dar diferentes respuestas dependiendo del momento por el que esté pasando. Cuando estás pasando por una profunda depresión, o por la peor crisis financiera de tu vida, por un divorcio, experimentando alguna de las peores traiciones que un ser amado te hizo o atravesando por una enfermedad rara, muy dolorosa y amenazante, son ejemplos en donde el "no" se vislumbra como franca opción a la pregunta. Son momentos donde tu perspectiva te hace ver que la vida no tiene ningún sentido.
De hecho, el otro día en que me encontraba estudiando apaciblemente una de mis sesiones de Filosofía con mi maestro John Kaag, que tanto me encanta estudiar, en la historia misma del pensamiento humano, han existido varios filósofos que iniciaron escuelas de pensamiento que dijeron y demostraron, luego de todo su profundo análisis de la vida humana, que no, no vale la pena vivir, como Diógenes, Schopenhauer y Sileno. Pero, tranquilo, así mismo existieron otros filósofos que, también siendo creadores de escuelas de pensamiento, dijeron y demostraron que sí vale la pena vivir, como Leibniz, Kant y varios afamados teólogos cristianos. Sin embargo, hay otro célebre filósofo, padre del pragmatismo americano y de la psicología empírica, del que soy gran seguidor y creyente de sus postulados desde hace años y que marcó la diferencia y aclaró las posturas, te hablaré de él adelante, es sublime entender otro tipo de respuesta a tal tamaño de pregunta. De todo eso te quiero comentar hoy, quiero compartirte mis reflexiones de cada uno de todos estos filósofos porque sentí que el tema remonta en importancia, sobre todo para quienes somos "sobrevivientes" de una pandemia y llegamos a otra clásica temporada navideña con su “noche de paz, noche de amor"... comercial, en muchos casos, solo siendo otro momento paliativo del año.
Quizá, como yo, te lleves una sorpresa con una respuesta más humana y evolucionada ante la pregunta "¿Valdrá la pena vivir?", una más allá del “sí” o el “no”. Pero no tan solo por como tú sientas tu propia respuesta, con toda la subjetividad que pueda existir, suficiente razón para muchos, sustentada en el conveniente egoísmo de su propia perspectiva. No, te podrás llevar una agradable sorpresa por estudiar, leer y entender la postura de unos y otros de los célebres pensadores de la historia de la humanidad. Empecemos...
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