Nada como la primera.
¡Cuánto puedo amar mi primera taza de café de una mañana! Más aún el primer par de sorbos con total concentración y absoluto silencio. ¡Cuánto lo agradezco! Y es que como la primera… ninguna. Quizá esto aplique tanto para mi taza de café…, como para cualquier otra experiencia.
Me existe un placer difícil de describir en palabras para el bien y el gozo que me hace sentir mi primera taza de café de las mañanas, muy temprano. Incluso si un minuto después me preparo una segunda taza de café, donde posiblemente aun quedara mejor preparado, el gozo ya no es el mismo, disminuye. Así, el día tiene un biorritmo, momentos específicos y únicos en donde determinado placer puede sucederse en su máxima expresión sólo ahí. Si entiendes, si encuentras y si respetas los momentos ideales del día para cada experiencia, estarás aprendiendo a vivir deleitosamente. Lo que no se hace en su momento, desvanece la oportunidad de su gozo pleno. Conocer, aprovechar y apreciar “el momento ideal” es privilegio de inteligentes y sensibles humanos. Procúrate así.
Detente a conocer, aprovechar y apreciar. Fuentes de gozo tenemos todo el tiempo a lo largo del día. Que no se te pase el día sin más. Usa disfrutando el placer del día, y no que el día te use a ti sin más.
Conciencia.
– AlejandroArizaZ.com
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