Desde que publiqué mi libro Señales de destino, he compartido una idea que, con el paso del tiempo, ha tomado fuerza entre quienes buscan comprender los misterios de la vida: la existencia de lo que llamo una “señal de origen”. Es un concepto poderoso que surgió de observar, durante años, patrones en el comportamiento humano, especialmente en los vínculos afectivos.
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Señal de origen
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Desde que publiqué mi libro Señales de destino, he compartido una idea que, con el paso del tiempo, ha tomado fuerza entre quienes buscan comprender los misterios de la vida: la existencia de lo que llamo una “señal de origen”. Es un concepto poderoso que surgió de observar, durante años, patrones en el comportamiento humano, especialmente en los vínculos afectivos.